Este pasado 13 de julio se celebró una importantísima ocasión para la familia Matamoros, como lo es el matrimonio de Diego con Estala Grande, pues bien, se pensaría que se trató de una ocasión en la que se uniría toda la familia en celebración. Además, que mejor momento para que Diego y Kiko Matamoros se reconcilien de una vez por todas como padre e hijo que son. Sin embargo, las cosas serían un tanto diferentes de los que se podría haber esperado.

Kiko Matamoros a través de una entrevista telefónica en Sálvame dio detalles de como se sintió cuando asistió a la boda de su hijo.

Ha nombrado una lista no tan pequeña de cosas que simplemente no le gustaron del matrimonio y que lo hicieron sentir menospreciado. Describe el comportamiento de Diego hacia él como injusto, lo que dice mucho de cómo se está desarrollando la relación padre/hijo actualmente.

Un día no tan especial

Lo que debería haber sido un día súper especial como de cuento de hadas, se convirtió en un día nada grato para Kiko Matamoros. Para empezar, se tiene que comenzar por mencionar el tema de las invitaciones a la celebración, pues si bien Diego tuvo la decencia de invitar a su padre a la boda, no fue este el caso de su esposa y su hija.

Ni Makoke, ni Ana Matamoros fueron invitadas a la boda, lo cual puso muy incómodo a Kiko; a pesar de que estas se mostraran totalmente de acuerdo con que él sí asistiera al evento al cual solo fueron invitadas 100 personas en total.

Además de esto, cabe destacar que el comportamiento observado por parte de Diego días antes de la boda no es que le haya hecho mucha gracia a su padre.

Incomodidad en la boda

Kiko asegura que la sensación que le invadió el día de la boda de Diego solo se puede tildar de contradictoria. Declara que sin duda alguna fue hermoso y emocionante ver a su hijo varón unirse en matrimonio, pero que al mismo tiempo era triste e incómodo que su hija Ana no se encontrara presente en la celebración.

Además de esto, a Kiko le tocó un incómodo encuentro con su mujer. Matamoros fue a saludar a sus dos hijas pequeñas y al momento de saludar a Marian Flores, a quien pretendía dar dos besos, esta simplemente decidió tenderle la mano. Por esta razón, Kiko no se quedó por mucho tiempo en la celebración de la boda, a pesar de que esta se haya extendido. Dice que comió algo de jamón, un par de refrescos y se marchó del lugar sin más que decir. Y es que no se le podía culpar, se encontraba solo y en una situación verdaderamente incómoda.