Estaba claro que Saray Montoya, que desde el minuto uno se quería marchar de Honduras y que ha provocado hasta la extenuación a sus compañeros a excepción de su ‘amiga cómplice’ Raquel Mosquera, volvió a la isla obligada para no pagar la multa y decidida a todo.

Y estaba claro que iba a buscar la expulsión fuese como fuese. La insensatez de Romina, de la que nos han puesto dos vídeos debidamente editados y por lo tanto no enteros, de decir que iba a provocar a ver si la pegaba y el comentario de Logan de que se riese para sacarla de quicio, siendo como son actos feos y reprobables no justifican una agresión, que si además no nos dejan ver el vídeo, nos puede llevar a pensar que ha sido más violenta de lo que Jorge Javier expresaba ayer queriendo justificar de alguna manera a Saray.

Propiciar la violencia para ganar audiencia

Eso es lo que esta productora lleva haciendo en las últimas ediciones en las que ha tomado las riendas del mejor Reality de Telecinco, que ahora cada vez más parece un Sálvame playero.

Ya lo vimos con el actor porno Nacho Vidal y no fue el único. Se admite totalmente la violencia verbal e incluso se premia porque “da juego”. ¡Qué se lo pregunten si no a Sofía Suescun!

Lo hemos visto precisamente con ella, que ha tratado de llevar al límite primero a Alberto Isla y ahora a Francisco y además prácticamente acusándolo de un delito, al decirle que si ella quiere y habla lo expulsan de la isla disciplinariamente. Ni se le piden explicaciones, ni se la sanciona, todo lo contrario se hacen mil cambalaches para evitar su expulsión.

¡Bonito ejemplo!

Y por supuesto lo hemos visto con Saray, que ha provocado desde el minuto uno para que la expulsaran. Primero con Alberto, al que vamos a tener que hacer un monumento por su saber estar con ella y con Sofía, luego con María Jesús, la única divertida que hay en la isla y con Joao.

Si como espectadores y como especialistas en realities sabíamos que Saray volvía para intentar ser expulsada.

Si tras la discusión de Romina con Raquel, le dijo a esta: “No me creo de María Jesús nada, ahora se van a ver las verdades de todo, lo voy a contar todo. ¡A mí Romina me hace lo que te hizo a ti, la doy un cabezazo que la tiro de espaldas y después la cojo de los pelos y la ahogo!” Lo que ya era toda una declaración de intenciones.

Si la ‘buena’ de Raquel no hizo nada por rebajar esas pretensiones convirtiéndose en lo que jurídicamente se llama “cómplice necesario”. ¿Qué pensaban que iba a pasar? Pues ni más ni menos que lo que ha pasado.

Lo que no resulta fácil de digerir es que pretendan victimizar a la agresora y eso es lo que vivimos ayer. Han sentenciado a Romina demonizándola. Para eso mejor que la hubiesen expulsado directamente ¿Por qué no han hecho lo mismo con Sofía?

Decir que mentía Romina en cuanto a la intensidad de la agresión, cuando Fernando explicaba hasta con gestos lo mismo, es un acto de cinismo tan deleznable como la agresión en sí.

El papelón de Jorge Javier

Simplemente alucinante y más cuando lo último que vimos ayer es en un vídeo a Saray invadiendo el espacio personal de Romina, gritándole agresivamente si lo de ver al demonio lo decía por ella y Romina contestándole que para nada.

Momento que recoge la foto de portada. ¿Qué pasó después? ¿Veremos un vídeo editado a su conveniencia o lo que realmente sucedió? ¿Sabremos algún día la verdad?

El resultado hoy en la web de Telecinco: "Audiencia histórica con un 32,5%" Sobran las palabras.