Consumado el primer mes a pan y agua, y cuando ya se han producido las primeras visitas a Cayo Cochinos, suele ser el momento en el que muchos de los seguidores de Supervivientes 2018 -o al menos los más morbosos, que no son pocos- se hacen la pregunta de: ¿Habrá habido 'tuku-tuku' en la Honduras?, ¿sabemos todo lo que pasa debajo de los chubasqueros?, ¿estarán gastando todos los preservativos que les da la organización al empezar? Preguntas, todas ellas, a las que vamos a tratar de dar respuestas.

Empezando por el final, parece que sí. Que están gastando todos los preservativos que la dirección le dio a cada concursante, e incluso alguno más.

Y es que, para quienes a estas alturas todavía no se hayan enterado, el lío que ha habido con los condones en esta edición no ha sido precisamente baladí. Después de encontrar uno más de los que tenían para hacer fuego se enteraban de que había habido tráfico de condones entre los dos equipos.

Las noches de pasión de SV 2018

En relación al asunto del tuku-tuku, como gustaba de llamar Isa Pantoja 'Chabelita' a sus encuentros íntimos en la última edición, parece que sí, que hubo, como no podía ser de otra manera, en la 'noche de bodas' de esta misma protagonista y Alberto Isla tras casarse por el rito garífuna hace justo una semana.

Acto para el que habrían gozado de nuevas unidades extra que habrían hecho servir, eso sí, teniendo que devolver -al menos en la teoría- aquellos que dejaran de usar tras esa noche de amor y romanticismo que tanto necesitaban ambos.

No obstante, resulta imposible determinar qué sucede cada vez que algunos concursantes, como puedan ser Sofía Suescun y Logan, se acarician y siguen haciéndolo bajo los chubasqueros. Y es que donde no llegan las cámaras parece imposible saber qué es lo que realmente acaba pasando.

Los instintos más animales en Supervivientes

Lo único cierto, reconocido por la dirección del programa, es que en esta edición el lío que está habiendo con los famosos 'globitos del amor' no había pasado nunca antes.

Incluso en las ediciones en las que la tensión carnal no resuelta acababa por resolverse delante o detrás de las cámaras.

Sea como fuere, si de algo estamos seguros a este lado del Océano Atlántico, es que todavía muchos de los concursantes no han dicho su última palabra sobre sus necesidades fisiológicas más animales que tanto gustan de saciar. Quedan dos meses por delante y todo es posible. Estén atentos.