Ni en las mejores previsiones se esperaba en Mediaset España que, en una de las ediciones con menor presupuesto y menos "pesos pesados" dentro del reality show que llegaba tras los peores datos de audiencia de la historia de Gran Hermano, Supervivientes 2018 lo petara como lo está petando.

Y es que, si algo ha vuelto a quedar claro una vez más -y van millones- es que la audiencia, a la hora de sentarse delante de la televisión, quiere entretenimiento y salseo. Sea como sea. Caiga quien caiga. Es decir, dicho de otra manera, que busca acción de la buena, de la que no tiene cortapisas, para engancharse a un serial que al día siguiente promete más y mejor que lo que te ha dado hoy.

Algo que ha venido sucediendo en la última semana en el Cayo de Honduras donde los famosos que integran SV 2018 están tratando de sobrevivir y acercarse al maletín con los tres cientos mil euros que se llevará el vendedor a costa de minar la moral de sus rivales.

Así lo demuestra la acción que llevaba al programa a expulsar por motivos disciplinarios a Saray Montoya después de que esta tirara de los pelos a Romina Malaspina. Una acción que ya es historia del reality show más extremo de la televisión española y que está llenando ríos de tinta todavía cuarenta y ocho horas después del incidente.

Un show de lo menos educativo posible que anteriormente ya dejaba críticas fortísimas tras emitirse una serie de declaraciones sobre el físico de una concursante que muchos se preguntan todavía a estas alturas cómo el programa pudo llegar a hacerlas públicas dada la gravedad de las mismas.

Nos referimos a las emitidas por Sofía junto a Lapiedra sobre Isa Pantoja y su relación con Alberto Isla, aquello de "tú y yo porque estamos buenillas, pero ella... Igual con la luz apagada".

Si a estas dos acciones le sumamos las decenas de gritos, insultos y faltas de respeto que se han emitido durante las tres primeras semanas de convivencia, no es de extrañar que varios famosos con miles y miles de seguidores en las redes sociales hayan clamado ya por el final de un concurso que, no podemos olvidar, ven mucho menores de edad tanto en directo como a través de los resúmenes en Internet.

La prensa clama contra la violencia de SV 2018

Un ejemplo es la columna de la escritora Lucía Etxebarría en El Periódico de Catalunya en el que habla abiertamente de la intolerable "violencia" que estaría haciendo servir Telecinco para ganar audiencia y dinero en último término.

Se avergüenzan de Telecinco los concursantes de otros reality

Más dura si cabe resultaba la penúltima ganadora de Gran Hermano, Bea, calificando de "vergonzoso" lo que se está viendo en Supervivientes este año.

Incluso deslizaba algo de 'guionización' en pro de un show tan triste como lucrativo. Solo por eso parece complicado que, por muchas quejas que siga habiendo de famosos, lo acaben quitando.