Qué manera de empezar la que tuvo la última gala de Supervivientes 2018. Esa en la que esperábamos enterarnos de cómo empiezan a llevar la verdadera necesidad de comer más y el desgaste de la convivencia en todos los sentidos y que arrancaba anunciándose la expulsión por motivos disciplinarios de una de las concursantes.

Hablamos, cómo no, de Saray Montoya, quien ya tenía previsto abandonar de forma voluntaria el programa durante los últimos días tras un sinfín de comentarios al respecto que, según nos cuentan desde dentro, provocaron que su enemiga íntima en el concurso, Romina Malaspina, sacara su peor versión para hacerle la vida imposible y provocar su marcha por la vía rápida.

Racismo y golpes en Supervivientes 2018

Dicho y hecho y, aunque no se vio en ningún momento cómo fue el ataque, sí que pudimos ver -y posteriormente lo hemos contrastado- cómo Romina se dedicó a provocar y de qué manera a la protagonista de los Gipsy Kings hasta el punto de lograr sacarla completamente de sus casillas perdiendo los papeles de una forma que nadie ni nada puede justificar.

Y es que, tal y como nuestros compañeros de El Comercio publicaban recientemente, la latinoamericana, que no conoce bien cómo se las gasta la ya ex concursante, decidía iniciar un más que peligroso jueguito que en otros realities -ya que cabe recordar que esta es experta en este tipo de programas- ya le había reportado discusiones, agresiones y expulsiones.

Era el momento de repetirlo con Saray.

Saray se lía a golpes con Romina

Lo que no se vio en antena, y sucedió según la agredida, cuando Saray perdió los papeles su reacción fue la de empezar a lanzar patadas sin piedad contra Malaspina para, una vez rendida sobre la arena, arrastrarla de los pelos durante unos tres metros de longitud.

Era entonces cuando entraban los compañeros que estaban por las inmediaciones para separarlas, así como varios miembros del programa que también tomaban cartas en el asunto y las separaban.

Una vez atendida por los servicios médicos y tras mantener una conversación con la dirección la agredida decidía contar lo sucedido en antena en primer lugar encontrando como respuesta en la agresora que, aunque nada podía justificar lo que había hecho, había sido como respuesta a un carrusel de desprecios, de comentarios dolorosos de corte racista y de un sinfín de humillaciones que desembocaron en la agresión de la primera expulsada por su actitud de SV 2018.