Claramente hay dos asuntos que están marcando una de las ediciones más polémicas -y por otro lado más vistas- del reality show más extremo de la televisión: Por un lado los abandonos, ya sean forzosos o por motivos judiciales, y por otro la cantidad de faltas de respeto que sobrepasan todos los límites de la educación entre los propios concursantes.
Más allá de la posible salida de Raquel Mosquera para acudir a un juicio a finales del próximo mes de mayo, asunto que ya está tratando la dirección con la productora de Supervivientes 2018, lo cierto es que en capítulo de insultos y faltas de respeto intolerables en la última gala vivida anoche fuimos testigos de cómo han saltado por los aires todas las barreras del decoro a la audiencia y a los contrincantes.
Enésimo enfrentamiento en SV 2018
En este sentido, la concursantes que fuera expulsada por motivos disciplinarios -y que no para de dar la razón a quienes decidieron ponerla de patitas en España- Saray Montoya, protagonizaba una de las escenas más lamentables y bochornosas de la presente edición de Supervivientes 2018.
Después de, supuestamente, haber revisado todos y cada uno de los vídeos en los que Fernando Marcos le habría atacado sin piedad, a hurtadillas y de espaldas a ella, la diseñadora gitana decidía ponerle los puntos sobre las íes de la forma más barriobajera posible y con un tono de agresividad que inquietaba a más de uno.
Concretamente sus palabras fueron las siguientes: "Has sido un racista y un dictador.
Además de ser la más mala persona que me echado nunca a la cara". Unas palabras que provocaban el silencio en el plató de todos menos del aludido, quien no tardaba en responder a estas durísimas acusaciones que, evidentemente, podrían ser llevadas a una causa judicial por daño al honor y a la propia imagen de quien las recibía.
Durísimas acusaciones en SV 2018
La respuesta de Fernando, al ver cómo su compañera de edición había perdido los papeles por completo, eran las siguientes: "¿Te quedas tranquila? Porque a mí al menos no me han echado por agresión".
Era entonces cuando decidía entrar a poner paz o algo parecido el presentador de esta edición, Jorge Javier Vázquez, tirando de ironía y planteándoles que creía que a los espectadores "no les está gustando esto", conminándoles así a que pararan de enzarzarse en sus historias personales y permitieran que el programa siguiera sin más sobresaltos. Algo que resultó imposible.