Ayer saltaba la noticia: la plataforma Netflix ha decidido cancelar definitivamente su primera serie francesa, “Marsella”, ambientada en la ciudad mediterránea y con un argumento de thriller político, después de dos temporadas y 16 capítulos.
El reparto de la misma reúne a varios actores franceses de los que sus interpretaciones son garantía de calidad, aunque hagan películas mediocres: Gérard Depardieu, que no necesita presentación y Benoît Magimel (“La pasión del Rey”).
Y el argumento es que el alcalde de Marsella (Depardieu), después de dos décadas en el cargo, va a retirarse y dejar la alcaldía en manos de su número dos (Magimel), no sin antes conseguir un terreno cerca del Puerto para construir un casino, su gran obsesión y el legado que dejará a sus conciudadanos.
Estallará un torbellino de intrigas, asesinatos y demás bajezas morales desde todas partes, ya que el número dos traiciona al alcalde.
'Marsella' no gustó a los seguidores del Olympique
Ya contamos en este diario hace poco lo que ha pasado con la serie e incluso su fallida idea, por parte de Netflix, de promocionar la segunda temporada con los seguidores del Olympique, el principal club de fútbol marsellés y único equipo francés en ganar una Champions. Varios de ellos se negaron a promocionarla, al entender que dicha serie denigra el buen nombre de la ciudad ante el mundo, mostrándola casi como el Chicago de Al Capone.
La crítica televisiva de los medios franceses fue implacable con “Marsella” al estrenarse su primera temporada con ocho capítulos, los cuales cuelga enteros Netflix en su web.
Se criticaba la sarta de tópicos de cine negro de tercera clase de cada capítulo, mala dirección de actores, personajes poco profundos y diálogos inverosímiles.
En todo el mundo, “Marsella” fue vista por 130 millones de abonados, no sabemos si vieron las dos temporadas completas o solo capítulos sueltos. Pero no es excusa para perdonar el que no haya tenido el éxito esperado, ya que Netflix acaba de entrar no hace mucho en Europa, y producir Series locales en cada país es imprescindible para que la plataforma funcione y se asiente entre el público, ya que la gran mayoría de series propias de Netflix son producidas en Estados Unidos.
Por eso tiene preparadas más series francesas para producir.
'The Crown', la mejor serie europea de Netflix
De las producidas en Europa, la mejor y con mejores críticas, sin duda, es la excelente “The Crown”, que en sus dos primeras temporadas (la tercera se rodará en poco tiempo) ha mostrado la primera década del reinado de Isabel II de Inglaterra, 1953 a 1963, desde un toque entre respetuoso y crítico.
Felipe de Edimburgo es presentado como un cínico, agobiado por el asfixiante protocolo de la Familia Real, los Secretarios del Palacio de Buckingham son unos controladores maniáticos y Winston Churchill es un viejo obstinado y egocéntrico, incapaz de comprender que ya no es el dios que salvó a su país del nazismo.
Un ejemplo en nuestro país, la serie “Las chicas del cable”, de la cual se ha rodado la tercera temporada y podría haber una cuarta (pese a que la crítica española también la ha atacado por su mediocridad, aunque cuenta con una legión de fans) y la película “Fe de etarras”, protagonizada por Javier Cámara y ambientada el día de la final del Mundial de Sudáfrica de fútbol, con un comando de ETA en Madrid, cuyos miembros acaban disfrutando de la victoria española mucho más que los propios seguidores españoles.
Se ha hecho hace poco el recuento de cuantos abonados tiene Netflix en el mundo entero y si quitamos a Estados Unidos, que tiene el 50 % de ellos, más de 50 millones de personas, el resto del mundo está así: Gran Bretaña con casi 6 millones, Canadá y Brasil con 5 millones cada uno; los países escandinavos y México con casi 3 millones, Australia y Holanda con casi dos millones y Francia con un millón y medio. España tiene alrededor de más de un millón, aumentando poco a poco.