A cada segundo que pasa la cosa se pone más y más interesante en Supervivientes 2018. Y es que, a la falta de comodidades, incompatibilidades de caracteres y asuntos que alteran la convivencia de los grupos, se está uniendo la agresividad de varios de los concursantes, convirtiendo Cayo Cochinos en un auténtico infierno para la convivencia.

Y es que, además del abandono en las últimas horas de María Jesús Ruíz para acudir a los juzgados de Sevilla, requerida por el juez de instrucción del juzgado número cuatro de la capital andaluza, se le unía la alerta roja por la llegada de un temporal que podía dejar sin nada a los concursantes, si finalmente arreciaba como algunas previsiones habían comentado ya.

Con todo este caldo de cultivo, personalidades y formas de hacerse entender como aquellas de las que suele hacer gala Sofía Suescun, son pura gasolina para hacer arder a una hoguera que necesita de muy poca leña para dar temperaturas más propias del centro de la tierra que de una isla con frío y lluvia como en la que se encuentran actualmente.

Y si no que se lo digan a Isabel, quien durante las últimas horas protagonizaba una de las escenas más bochornosas de lo que llevamos de edición -con permiso de la de Saray y Romina, quedándose a milímetros de protagonizar una nueva agresión en el Cayo de no ser por la intervención de sus compañeros.

Tensión insoportable en Supervivientes 2018

Todo comenzaba después de que la que fuera ganadora de Gran Hermano 16 y clara favorita al triunfo este año en Supervivientes 2018, le apretara las tuercas a quien es ya su gran enemiga en la presente edición.

Algo que provocaba que la rubia saltase perdiendo los papeles grito en alto, espetando: “ya estoy hasta los c*jones niña. Te crees que eres el ombligo de este mundo y no eres nada".

Frases a las que posteriormente agregaba otras aún más duras si cabe, colocando su cara a milímetros de la pamplonica, que parecía la dejaban al borde de la agresión física mientras le lanzaba un contundente "te vas a comer una mi*rda.

Soy una señora y tú una niñata…".

Isabel, a punto de llegar a las manos

Máxime después de que Isabel, mientras Sofía pedía que se distanciase de ella cuanto más mejor, le amenazase indicándole que "cuando tengas la mitad de clase que yo... ya veremos". Al grito de "ya veremos qué" era cuando el resto de robinsones decidía intervenir con la atenta mirada del equipo del programa, sabedores de que la posibilidad de que ambas llegaran a las manos era altísima. La tensión en el Cayo es ya insoportable.