Dicen que los buenos deportistas se miden no por cómo saben perder, sino por cómo reaccionan a las victorias para con el rival al que han vencido en buena lid en una dura pugna. Dicen también que nada dignifica más a un ganador en una competencia que cómo se interesa por aquel que bien podría haber sido él. Y lo cierto es que tiene todo el sentido.

De ahí que no hayan sido pocos los que hayan clamado al cielo al conocer cómo ha celebrado su victoria en segunda instancia tras el recurso de su enemigo íntimo en el conocido como Toñogate, Belén Esteban, quien apenas unas horas después de recibir el fallo a través de sus abogados, no dudaba en sacar una buena tajada a través de una exclusiva en la revista Semana en la que dejaba clarísimo cuál iba a ser su estrategia para con su ex representante de ahora en adelante: Macharlo por lo civil o por lo criminal.

Dicho y hecho. Quizás movida por la euforia y la felicidad extrema propia de quien lleva años tratando de demostrar que lleva la razón, la conocida como princesa del pueblo no tardaba en aceptar la propuesta de sus amigos de Semana y disparar con toda la inquina y la mala baba habida y por haber contra un Toño al que, asegura, le espera lo peor de ahora en adelante. Con ella no se juega y lo va a sentir en sus carnes.

La Esteban quiere destrozar a Toño y su familia

De hecho, si algo queda claro después de leer la exclusiva que hoy ya está en los kioskos con la rubia más famosa de España en la portada, es que Belén Esteban piensa destrozar física y psicológicamente a un Toño Sanchís al que, además de sacarle 600.000 euros que ahora mismo no tiene, le va a hacer pagar paralelalmente en los medios hasta que este caiga abatido en la más absoluta miseria.

En su camino por destrozarle se llevará por delante también a su familia. Y es que, sabedora de que ahora mismo el agente de famosos es incapaz de hacer frente a la cantidad que debe abonarle, no ha tardado ni unas horas en asegurar que no tendrá piedad a la hora de dejarle a él, a su mujer y a sus hijos pequeños en la calle durmiendo debajo de un puente.

Belén quiere ver Toño bajo un puente

Las palabras exactas a este respecto dejan muy poco lugar a la duda: "Si no me da mi dinero sacará su casa a subasta". A partir de ahí, se entiende, será cosa suya si tiene que buscar refugio en el interior de una sucursal bancaria o dormir junto a sus hijos en los soportales de la Plaza Mayor de Madrid.

A ella solo le importa cobrar.

Por si esto no fuera suficiente, Belén aseguraba que, nada más se lo cruce por Telecinco, le restregará la victoria a la cara. Le quiere hacer daño. Mucho daño. Físico y anímico. Y se lo va a hacer.