Trabajar en un lugar en el que nadie, sea quien sea, se libra de ser víctima de confidencias, revelaciones o comentarios de todo tipo de terceros que tienen como único fin generar lo que ahora llaman "salseo", es decir, polémica televisada, es lo que tiene.

Aunque la mayoría de veces seas tú quien mete baza contra alguien y quien trate de lanzar a los pies de los caballos a los invitados o los propios compañeros, siempre acaba llegando el día en el que algún valiente se atreve a utilizarte a ti como elemento central de las bromas y los comentarios de mal gusto.

Algo a lo que no está para nada acostumbrada Belén Esteban pero que sufrió en sus carnes en una de las últimas emisiones del programa de corazón con más tiempo en antena de la televisión española de la mano de la presentadora de ese día, Paz Padilla, quien ya ha demostrado no tener miedo a nadie ni casarse con ninguno de sus compañeros, se llamen como se llamen.

Todo surgió a raíz de la revelación de los nombres de algunos de los amantes de la colaboradora de Cazamariposas y próxima concursante de Supervivientes 2018, María Lapiedra, lo que obligaba a tratar de pronunciar en inglés algunos nombres. Antes de dejarlo asegurando que era incapaz de pronunciarlos hacía un bochornoso intento que provocaba la intervención de la conductora.

Y es que Padilla, quien tampoco parece tener un "C1" o un "Advance" en la lengua de Shakespeare, lo cierto es que se maneja para pronunciar los nombres propios de quien le pongan en un papel. Así que, ni corta ni perezosa, decidió mofarse de la manera en la que la de San Blas lo estaba haciendo.

Lo hacía, para acabar de sacar de sus casillas a Belén Esteban, indicándole que le parecía increíble que teniendo a su hija estudiando en una universidad de Reino Unido -donde por cierto, ella había estado en varias ocasiones visitándola- fuera incapaz no de hablar en inglés, sino de pronunciar un par de nombres y apellidos anglosajones.

Belén Esteban vs Paz Padilla

Como era de esperar, fue escuchar el nombre de Andreíta y Belén Esteban montar en cólera de tal manera que no dudaba en mandar callar a la andaluza y recordarle en tono de amenaza que ni ella ni nada iba a hablar de su hija. El rostro de la de colaboradora mejor pagada cambiaba radicalmente y con ello su tono y las formas en las que se dirigía a una "superior".

Espetando a grito pelado un "de mi niña no se habla" se iniciaba una guerra que se mantenía el resto del programa. Hay quien cree que la relación entre estas dos es ya imposible.