Los despachos de Telecinco están que arden tras las declaraciones de Mila Ximénez a Risto Mejide. La entrevista se puede interpretar de dos formas: o bien Risto es un genio capaz de sonsacar a sus entrevistados lo más oculto, o bien Mila sabe perfectamente que “Sálvame” es un producto con una fecha de caducidad cercana y ha hecho suya la frase. “Para lo que me queda en el convento…”

Nos inclinamos por la segunda opción. Uno no se hace el harakiri cargándose en público la credibilidad del programa que le da de comer si ese programa no está en las últimas o no le importa que le despidan.

La ‘posverdad’ de Mila la lía parda

Aclaremos el concepto: posverdad es contar una noticia no desde el análisis y la comprobación de datos sino desde las emociones, con lo cual es probable que la verdad no tenga nada que ver con lo que se cuenta. Es una mentira emotiva que distorsiona la realidad y en ocasiones la pervierte.

Según contaba Mila: “Hay cosas que ya no se pueden hacer” refiriéndose a unas imágenes manipuladas en “Aquí hay tomate” en las que aparecían Alvaro Marichalar y su escolta remando en El Retiro madrileño y que daban a entender lo que no era.

Es curioso que hable en pasado cuando llevamos días viendo otras imágenes, también debidamente editadas (léase manipuladas) de Chayo Mohedano abrazándose de forma equívoca a la entrepierna de su compañero en el escenario durante una actuación.

“Los mismos perros con distintos collares” que diría Fernando VII.

Kiko Hernández, la Campanario y las ‘cajas’

Cuando Risto le mostró uno de los vídeos en que un histriónico Kiko Hernández aseguraba que María José Campanario guardaba bajo la cama cajas y cajas de zapatos llenas de recortes de la vida televisiva de Belén Esteban.

Mila Ximénez afirmó: "No tengo ni puta idea pero la familia Janeiro prefiere que hablemos de estas cosas, de esta posverdad que de la auténtica verdad, aquella que sí está demostrada. Esto es solo un aperitivo y a la gente le gusta más saber esto que lo otro."

Pues ya lo tenemos claro. “Sálvame” es un programa dedicado en cuerpo y alma a difundir posverdad durante cuatro horas diarias, o sea mentiras y mentirijillas porque ellos creen que eso es lo que la audiencia quiere.

Una mentira más, ya que saben perfectamente que esa audiencia antes fiel y crédula, hace tiempo que no se cree ni siquiera algunas de las verdades que cuentan.

Las redes ardían

Mila entona el mea culpa

Ahora resulta que esta señora que grita, insulta y despelleja a quien se le pone por delante cada tarde en “Sálvame” considera que trabaja en un programa ético, un remanso de paz y concordia muy alejado de aquellas “Crónicas marcianas” a las que definía poco menos que como el infierno al que había tenido que descender para alejarse de la mala vida que llevaba vía talonario, ya que le pagaban no menos de 26.000 euros mensuales, casualmente lo que se dice gana Belén Esteban en “Sálvame”.

Crónicas era según ella, lo peor: “Si pudiera borrar de mi vida y de mi currículum los años en ‘Crónicas’ daría cualquier cantidad de dinero por hacerlo, para mí fue una colaboración muy humillante”.

Por eso ahora dice que se inventó una relación íntima con Encarna Sánchez y unas cartas, por el dinero que le pagaban. Todo muy raro, oscuro y siniestro, lo mismo de lo que ella acusaba a su gran enemiga Isabel Pantoja.

Lydia Lozano de nuevo en la picota

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Mila Ximénez descargó su inquina contra su compañera Lydia Lozano a la que detesta.

Sabemos que Lydia metió la pata hasta el fondo cuando se lanzó como una posesa a intentar encontrar a Ylenia la hija desaparecida del cantante Al Bano.

Aquello le costó su credibilidad como periodista, un linchamiento por parte de la cadena y una demanda millonaria por parte de Al Bano.

Ha llovido mucho, pero la herida no cicatriza porque no hay trimestre en que alguien no se lo recuerde en “Sálvame”. Ahora le tocaba el turno a Mila que ha visto la forma de pasar cuentas con ella.

Según Mila: “Es rigurosamente mentira que ella siguiera ningún rastro. Lozano adopta la información que le llega de un detective y la hace suya. La posverdad de esto dio tanta audiencia que ni unos pudieron parar por el share, ni ella podía parar por el protagonismo que tenía”.

Y como punto final, el tiro de gracia. “En otro país estaría fuera de la Televisión, porque esto fue una vergüenza total y absoluta”.

A Lydia la han tenido hoy en una sala de “reposo” y al parecer será hacia el final de la tarde, en pleno horario infantil cuando se toque el tema. ¿Pero se harán eco también de la “traición” de Mila al programa? ¿Habrá consecuencias?