Letizia, a diferencia de tantas otras personalidades femeninas, ha hecho ver en más de una ocasión que no es fan de la cirugía estética. Pero eso no significa que ceda al envejecimiento como cualquier mujer común y corriente. La monarca también cuenta con sus propios secretos para mantener una imagen impoluta, como desde el principio le habrían aconsejado los funciones del palacio a fin de aminorar la opinión general de los españoles, no bien hubo entrado en la Familia Real.
Y es que en ese entonces, esta era bastante negativa debido a sus circunstancias personales: divorciada, de fiero carácter y una apariencia, que si bien aceptable, distaba mucho de la jovencísima cara que se le ve hoy.
Los desorbitantes gastos de la reina Letizia en sus productos de belleza
Las malas lenguas aseguran que Leticia no ha necesitado recurrir al bisturí cuando tiene al alcance los mejores tratamientos de belleza que el dinero puede pagar.
Así, la esposa de Felipe VI estaría pagando hasta 600 euros por uno solo de estos cócteles de belleza, cuya composición incluye ingredientes milagrosos para mantener su piel tan joven. Además de esto, se comenta que recibe otros cuidados como manicura y pedicura, tratamientos para el cuerpo y masajes artesanales en centros de belleza cuyo costo ascendería a los 3,000 euros.
Además del evidente despilfarro, muchos temen que esté siguiendo el mal ejemplo de la Reina Rania de Jordania, otra royal obsesionada con su apariencia.
Las pequeñas infantas han sido bien aleccionadas
Quizá lo que puso en evidencia a la reina, fue precisamente aquella fotografía donde se la podía observar mientras acompañaba a sus hijas al colegio. Ya entonces se le notaba un aspecto bastante rejuvenecido, que ni de lejos había tenido en sus mejores años. Fue esto lo que encendió la alarma de los medios y abrió los debates.
Pero, hablando de las infantas, esa no es la única particularidad con la que soberana ha sorprendido a los periodistas.
Varios de ellos tuvieron oportunidad de hablar con la Familia Real durante un posado en Palma de Mallorca, y se quedaron anonadados ante la reacción de Letizia cuando se acercaron a las niñas para saludarlas.
La reina les dejó muy en claro, antes de que dijeran nada, que ellas ya habían sido instruidas en casa sobre como debían responder a sus preguntas.
Sin duda alguna, la experiencia le ha enseñado a preservar su intimidad a toda costa.