Aunque era algo más que un secreto a voces, ya no hay ninguna duda. El novio de la hija de Belén Esteban, Andrea Janeiro, es el chico inglés tan parecido a Justin Bieber, con el que se le ha venido viendo últimamente durante sus vacaciones de verano.

Así lo ha confirmado el propio joven, Daniel Wozza, que es como se llama el afortunado, a través de su cuenta oficial en la red social Facebook después de haber estado jugando al gato y al ratón sobre si era él o no la pareja de la hija de Jesulín de Ubrique o cuál era su relación real con ella.

Algo que ha quedado completamente disipado a través de la publicación de una fotografía en la que se les ve a ambos de fiesta, bebiendo, y enrollándose en una actitud más que cariñosa que deja muy poco lugar a la imaginación y con la que el británico ha pasado a formar parte de ese selecto grupo de personajes del mundo del corazón quién sabe si para siempre.

A sus 20 años, dos más que la hija del matador de toros y la colaboradora de Sálvame, no ha querido dejar sola ni un momento a su chica desde que esta se graduara, iniciara las vacaciones y sellara los trámites que le convertirán en estudiante del prestigioso centro universitario Birmingham Metropolitan Center.

Misma universidad a la que, según las informaciones que se han venido publicando al respecto, tiene ya como alumno al joven Wozza y que integrará en su facultad de Humanidades y Ciencias Sociales a Andreíta, como estudiante de Comunicación Audiovisual durante los próximos años de su vida.

Después de que estos se conocieran en un viaje con amigos a Benidorm hace algún tiempo atrás, quedándose prendados el uno del otro casi desde el primer momento en el que se vieron en la pista de baile, lo que les espera ahora a ambos es la auténtica prueba de fuego por la que tiene que pasar cualquier pareja antes de consolidarse.

La pasión de Andreíta y Daniel Wozza

Nada más y nada menos que la convivencia. Y es que si nada se tuerce, como mínimo, los tortolitos compartían techo durante, al menos, los cuatro años que se prolongará el grado de audiovisuales que Andreíta estudiará en su primera experiencia emancipadora tras dieciocho años "a las faldas" de su progenitora.

Tras haber solventado de la mejor manera posible la distancia durante el tiempo que ambos han estado juntos, pero sin poder verse, tocarse o sentirse cerca, lo peor, en este capítulo, ya parece ser historia ya que desde ahora y por un tiempo ya no se van a separar. Veremos cómo llevan la presión mediática.