Después de admitir que Lucía Pariente le quitaba protagonismo, Kiko acabó discutiendo con ella y provocando su salida del palafito antes de completar la semana, pero no sin antes marcarse una performance para ganarse la simpatía de la audiencia.

Kiko quiso desprestigiar a Lucía

Con unos ojos más secos que el aire de Honduras y poniendo pucheritos cual niño al que le han quitado su juguete por portarse mal, Kiko decía en directo durante la gala de Supervivientes que Lucía había sido mala con él porque le había contado cosas de fuera para desestabilizar.

Unas "cosas" que Kiko no fue capaz de especificar, por lo que teniendo en cuenta que están grabando, si Lucía le hubiera dicho algo se habría visto. De manera que ese “cosas” no cuela.

Pero la gran interpretación no quedó ahí, sino que se dedicó todo el directo a dar la vuelta a todo lo que había dicho Lucía para quedar como un niño indefenso y ella como el terrible lobo feroz. Una actitud que Kiko tiene muy aprendida desde que su mamá y Gloria Camila le dijeran que cuidara la boquita con los comentarios machistas.

No obstante, esos comportamientos de machito ibérico rancio salieron a relucir otra vez en los vídeos de la discusión. Como mandamás del palafito, quería que Lucía comiera crudo e ir a pescar sólo cuando él quería.

Qué oportuno que Kiko no quiera ir a pescar con Lucía o que prefiera comer crudo para no hacer fuego, cuando días atrás durante Tierra de Nadie se quejaba de que ella le recordaba a José Luis y no quería tener otra vez a alguien que le hiciera quedar como un vago.

Los sospechosos gestos de Kiko

Al final, con un desplante tras otro, Lucía se fue encendiendo y acabaron discutiendo, pero dado que Kiko siempre se ha mostrado como un concursante que no huye del conflicto, sino todo lo contrario, que lo busca, muchos encontraron sospechosa su actitud del jueves.

Tanto en la discusión como en la conexión en directo, Kiko se mostraba cabizbajo, con los hombros encogidos y se frotaba los ojos secando unas lágrimas inexistentes.

Si ya el numerito resultaba sospechoso de por sí, Cristina Soria confirmaba en Sálvame que todo era parte de una estrategia de Kiko. En un momento dado, cuando Lucía le llama "niñato", éste optó por no entrar al trapo y dejar que Lucía siguiera insultando para mostrarse como una víctima en la discusión.

¿Qué reveló la falsedad de su victimismo? Durante las discusiones Kiko está siempre mirando de reojo la cámara, controlando en todo momento su posición. Cuando le dice a Lucía que le deje en paz puede verse como se ríe por lo bajo. Lo mismo cuando le llama humillador, aunque gira la cara, vuelve a escapársele una sonrisa al percibir que Lucía está quedando ante la audiencia como una desquiciada.

A parte de los gestos, el novio de Gloria continuó pinchando a Lucía con un "venga, dime más, dime más". Y ya se sabe que cuando Lucía Pariente empieza una pelea no hay quien la pare, aunque no se puede negar que suelta verdad tras verdad.

Favoritismo en el plató para cambiar la imagen de Kiko

Desafortunadamente, en la conexión en directo han echado toda la culpa a Lucía y han continuado ensalzando a Kiko como superviviente en el palafito.

En plató nadie parece recordar que Kiko se quedó los tuppers que Silvia Tortosa había traído a Edmundo, que tiene un chisquero o que las pruebas de recompensa del palafito son más fáciles, a veces incluso rozando lo absurdo. Así que ¿un gran superviviente?

Estos numeritos de Kiko son un intento de mejorar su imagen, después de demostrar en el grupo ser mal compañero y estar preocupado solamente por quedar por encima de los demás.

Sin embargo, hace falta mucho más que la inverosímil pedida de mano y sus "poemas" para hacer olvidar como era Kiko antes del palafito.

¿Qué cómo era ese Kiko? Pues un Kiko que se dedicaba a criticar a José Luis por querer hacer cosas, protestando si José Luis decidía compartir algo, haciendo comentarios humillantes sobre Paola y Alba Carrillo, montando escenas de celos, comiendo a escondidas para no compartir pero exigiendo que los demás compartan con él, devorando espaguetis y una tarta enorme con su novia y nuevamente no queriendo compartir.

Éste es el verdadero Kiko, y no el niño bueno que están intentando vender.