Vuelven las acusaciones de "tongo" sorbe un reality show de Telecinco y lo hacen con fuerza, después de que varios movimientos hayan hecho sospechar tanto a algunos sectores de la audiencia, como a algún familiar de los concursantes que actualmente se encuentran tratando de sobrevivir en Honduras.

En este sentido, la primera gran acusación que hizo que muchos telespectadores se movilizaran pidiendo explicaciones al programa llegó de la mano del reingreso de la primera expulsada del concurso, Janet Capdevila, justo unos días después de que fuera la audiencia con sus votos -y por lo tanto con su dinero- la que decidiera que ésta no volviera en calidad de concursante a la Palapa.

Después de muchos euros invertidos por los seguidores de Supervivientes 2017, esos votos caían en saco roto.

Más recientemente volvían esos ecos de la mano de la mano de la laxitud con la que la dirección del programa estaba tratando el asunto de los insultos y las faltas de respeto de Kiko, el novio de Gloria Camila, hacia, en este caso, Alba Carrillo. Más allá de reprenderle en directo, éste se iba de rositas después de haber humillado en directo y en varias ocasiones a la modelo.

También con ellos como protagonistas llegaban hordas de tweets en la red social de los 140 caracteres que ponían el foco en un movimiento del que pocos se dieron cuenta pero que fue catalogado como un "trato de favor" alarmante para esta pareja, dado en que en la última prueba del líder estos pudieron participar justo después de comer, a diferencia de sus contrincantes, que lo hicieron en ayunas.

Algo de lo que, obviamente, era consciente el programa, que nada hizo para igualar las fuerzas de todos los contendientes.

Las últimas acusaciones de "paripé" llegaban de la mano de Kiko Matamoros, padre de Laura, quien deslizaba que estaba habiendo un claro caso de agravio comparativo entre su hija y el resto de compañeros, al ser la única que no había mantenido una conversación telefónica con ningún familiar o apoyo de fuera, a pesar de que él lo había pedido.

¿Hay manipulación en Supervivientes 2017?

Después de que el programa le comentara que no había tenido ningún "bajón" que lo requiriese, Kiko les respondía que su tocayo en la isla tampoco y bien que había hablando con su madre. Jorge Javier le desvelaba que habían tratado de hablar con el novio de su hija sin éxito, y el colaborador insistía en que si él quería hablar con ella, debería poder, máxime si su novio no quiere hacerlo.

Como ven, las acusaciones se multiplican. Parece difícil que un programa así caiga en una manipulación, pero parte de la audiencia parece tener claro que sí la hay.