Si en algo han cambiado los medios de comunicación y en especial la televisión con respecto a la dictadura franquista esa es, sin duda, la gran libertad con la que goza actualmente. En los años que vivimos, la Televisión tiene una amplia gama de canales que no sólo se diferencia por dicha pluralidad, sino también por el contenido tan heterogéneo y diferente que nos ofrece. Así pues, podemos ver programas de diversión, reality shows, concursos, debates políticos y toda una gran cadena de contenido audiovisual que sin lugar a dudas antes no poseía.
Con la televisión y la prensa la política también se ha transformado, pues es gracias a estos medios que ahora los ciudadanos pueden conocer de primera mano y al instante todos los acontecimientos que suceden en su país.
¿Cuántos casos de corrupción hubiesen quedados impunes si la televisión no los hubiese sacado a la luz? ¿Cuantas mentiras hubiesen dicho los políticos y las hubiesen mantenido si los medios de comunicación no hubiesen hecho una gran labor de presión sobre ellos? Sin lugar a dudas la televisión y en definitiva, los medios de comunicación en general, han revolucionado todo el panorama social mundial.
Es gracias a la televisión y a la gran labor de sus periodistas que secretos que jamás se hubiesen revelado del rey emérito Juan Carlos hayan salido a la luz.
Pudimos conocer de primera mano que, presuntamente, tuvo una aventura con Bárbara Rey y cómo se veía a escondidas con ella gracias a la ayuda del Cuerpo Nacional de Inteligencia. También pudimos saber cómo, presuntamente, el rey sabía de antemano lo que iba a ocurrir ese fatídico día del 23-F gracias a unas conversaciones sacadas a la luz.
Sin lugar a dudas no son tiempos fáciles para el rey emérito Juan Carlos, pues después de abdicar se ha encontrado sumergido en todo un huracán mediático y los escándalos han estado a la orden del día en su vida. Recientemente ha salido a la luz una información que de ser cierta volvería a colocar a Juan Carlos en el centro de la polémica, pues se trata de algo tan delicado que muchos sectores de la población española se sentirían tan indignados como cabreados.
Esta polémica comenzó el 30 de abril de 1979, cuando Juan Carlos se reunió en la Zarzuela con el senador de Estados Unidos Edmund Muskie, que fue enviado por el presidente Jimmy Carter. En dicha reunión el ya antiguo monarca se mostró dispuesto a ceder Melilla a Marruecos. En la reunión que duró aproximadamente una hora y media el monarca sabía de antemano que los militares podrían enfadarse, pero aseguró que aquella era una situación que podía controlar de sobra.
La conversación fue guardada y recogida en un cable secreto que los diplomáticos enviaron a la Secretaría de Estado. Esta información fue desclasificada en el 2014 y recogida ahora por un hispanista llamado Charles Powell. El hispanista recogió esta información para redactar el libro, junto con otros nueve historiadores, de "Rey de la democracia", libro centrado en la figura de Juan Carlos.