2 de julio de 1967. El periódico vespertino Informaciones publicó unas imágenes de un supuesto OVNI, cuyo autor era anónimo, que había sobrevolado el día anterior la zona de San José de Valderas (Madrid). Este "no identificado" poseía un símbolo peculiar en su parte inferior.

Este extraño símbolo rápidamente fue entendido por aquel grupo encabezado por Fernando Sesma que se reunía en la Ballena Alegre, los sótanos del desaparecido Café Lyon. Aquel grafismo era el mismo que aparecía en las cartas que recibían estas personas desde diversas partes del mundo y que estaban firmadas por unos supuestos seres extraterrestres procedentes del planeta "Ummo" que estaban infiltrados en nuestro planeta.

Todo apuntaba a que aquel objeto fotografiado en San José de Valderas estaba relacionado con aquellos ummitas, hasta que el fraude se destapó. En 1976, el francés Claude Poher aseguró que aquel OVNI era mentira y que el falsificador sujetó una maqueta de plástico con el hilo de una caña de pescar. Un año después, el análisis fue refutado por el científico norteamericano William Spaulding, que se dedicaba a desenmascar las fotografías OVNI.

El escándalo estaba servido y al final se destapó cuando Jordán Peña reconoció ser el autor del engaño. Sin embargo, el ufólogo J.J. Benítez puso en duda la seriedad de los estudios efectuados por los científicos internacionales. El investigador navarro realizó un análisis fotográfico de las imágenes originales y posteriormente las entregó a la Guardia Civil en 1996.

El 30 de diciembre de ese año, el coronel Francisco Álvarez emitió un informe en el que, "si bien no descartaban una elaboración fraudulenta, los negativos no contenían indicios de manipulación".

Benítez, tras el informe de la Guardia Civil, no dudó en criticar la intoxicación que perseguían Poher y Spaulding, que analizaron copias que no eran de primera generación y que utilizaron algún desperfecto del material como una rayadura para tachar las imágenes de falsas.

El comunicado del coronel Francisco Álvarez aclaraba que se utilizó los defectos del negativo con fines negativistas.

Además Benítez y otros investigadores, como señala Bruno Cardeñosa en un artículo de la revista Más Allá, recogieron testimonios sobre aquel 1 de julio de 1967 que confirmaban que un OVNI sobrevoló San José de Valderas y afirmaron que el fraude se orquestó basándose en un caso auténtico, aunque no relacionado con los "ummitas".