Hablamos aquí de la enorme expectación por el comienzo de la nueva temporada de la serie 'Merlí' en TV3, que incluso en VO catalana es seguida con pasión por sus fieles seguidores de medio mundo. La pasada semana tuvo un 22 % de audiencia en Cataluña, casi borrando del mapa a Mar de Plástico, sólo vista allí por un 6 %. Esta semana, casi igual.
Pero lo sorprendente, que incluso a los fans que hablan castellano de la serie les ha dejado incrédulos, es que SCC (Societat Civil Catalana), grupo catalán unionista, sacó un tuit que bajo el epígrafe Alerta, como si hablara de la presencia de un virus contagioso de película de catástrofes.
Hablaba de que en los nuevos capítulos de Merlí, de manera breve, aparece una nueva profesora, de ideas independentistas y que pide permiso al director del Institut Àngel Guimerà para salir antes e ir a una reunión de la ANC de Carme Forcadell.
Mientras que toda la gente que ve la serie, de Barcelona a Venezuela, no encuentra nada malo en el personaje, que simplemente muestra lo que se ve en cada lugar de Cataluña, en donde unionistas y catalanistas conviven en armonía, para SCC es motivo de alarma. Casi nadie les ha hecho caso, salvo la prensa española, que ha acusado a la serie de “adoctrinadora”.
El actor David Solans, que encarna a Bruno, el hijo homosexual de Merlí, ha respondido a SCC en Twitter con una foto en donde ellos iban en una manifestación acompañados de la Falange y una bandera franquista.
Mientras, la gente pasa de esta polémica sin pies ni cabeza, y sigue disfrutando con los detalles sorprendentes que han ido saliendo, uno a uno. Oksana con su forma de ser carente de prejuicios, pero negándose a ser una chica objeto o Coralina, la veterana y nueva Jefa de Estudios, severa y sarcástica, con frases lapidarias que no tienen nada que envidiar a las de Sofia Petrillo en Las chicas de oro, que recomienda a Bruno hacer una redacción sobre que “Franco es un zombi”, teniendo en cuenta lo nombrado que es en muchas tertulias televisivas, o cuando Merlí criticaba a la Iglesia por no declarar el IBI, a lo que contestó Tania: “¿Por qué las mujeres no pueden ser Obispos?”, y el propio Merlí le dijo que “¿Por qué tampoco pueden serlo los gays?”
Simplemente, Merlí es una serie que, como los filósofos a los que recupera para las nuevas generaciones, plantea preguntas incómodas, sobre todo para las mentes conservadoras, que con la serie se sienten atacadas por personajes como Oksana, o lo dicho antes sobre la Iglesia.
Buscarle ahora que fomenta el independentismo, es como aquel chiste de Jaume Perich de sus Noticias del 5º Canal, que haciéndose eco de que TVE, en 1981, emitió una serie americana en donde se insinuaba un incesto entre un hijo y una madre.
El presentador decía: “Después de ver toda la programación de TVE, el balance es: incestos: 1, asesinatos: 500. Por lo tanto, es absurdo acusar a TVE de fomentar el incesto”.
Esto es como cuando en EE.UU. se acusó a la genial comedia francesa Intocable de “racista”, que no lo era, por lo que recibió críticas destructivas, e injustas, de aquel país, y que la dejó fuera de las nominaciones al Óscar, también injustamente. Un internauta de Le Monde bromeó sobre el asunto: “Si acusan a ‘Intocable’ de racista, la podrían acusar también de sexista, por el acoso sexual que Driss (Omar Sy) somete a una de las colaboradoras del millonario”.