Rebecca Romijn ha hablado estos días sobre el proceso que tenía que pasar cada día para transformarse en la mutante metamórfica Mística. Rebecca, que estos días será la primera modelo maquillada completamente para aparecer en la edición de trajes de baño de la prestigiosa revista Sports Illustrated, ha contado que este proceso podía alargarse por más de ocho horas, lo que puede llegar a ser muy duro.
Y esto sin contar el posterior trabajo de detalle para darle a la piel ese aspecto ligeramente escamoso que la convierte en una especie de reptil amazónico y que añade casi otra hora de trabajo al proceso.
Según la propia actriz y modelo, tenía que entrar cada día en algún lugar muy zen para poder soportar el proceso, que incluía posturas realmente incómodas para ayudar al maquillador a llegar a cada parte de su cuerpo. Además estas ocho horas de maquillaje debían realizarse antes de la llegada del equipo de filmación, normalmente a las nueve de la mañana, lo que obligaba a la pobre Rebecca a entrar al estudio sobre la media noche. Tras esto la cubrían de varias capas de pintura azul de diferentes tonos para lograr el efecto que se puede observar en las pantallas, con decenas de matices.
Además durante el rodaje dejaba todo a su alrededor de color azul, pues para que la pintura no dañase su piel se usaba un tipo de maquillaje que no era del todo fijo, con lo que la mutante dejaba marca de manera muy literal.
La actriz que la sustituyó en su papel en la precuela "X-Men: First Class", Jennifer Lawrence, pidió un traje que sustituyese el maquillaje para realizar el papel, pues la pintura que usaban para la transformación le irritaba la piel. Sobre esto, Rebecca ha admitido que hubiera sido una suerte haber podido hacerlo en su época y que Jennifer hizo un gran trabajo con el personaje en la precuela, pero que para ser una villana de verdad tienes que estar dispuesta a pasar por esas horas de maquillaje cada día de rodaje. En cierto modo, la piel de Mística hay que ganársela.