La locura de las Series está desatada. Millones de usuarios sintonizan, descargan, ven y siguen decenas de títulos a la vez. Las más conocidas, las menos, las más comentadas, las más premiadas, las recomendadas... por muchas que sean parecen pocas para estar al día. Es lo que se conoce como la Edad de Oro de las series: elogiadas por crítica y público y defendidas incluso como muy superiores a lo que se hace en cine.
Pero esta seriemanía que se vive desde hace unos años y que continúa en su máximo esplendor no debe olvidar que no hace mucho, tres décadas sin ir más lejos, hubo títulos capaces de detener el país para descubrir lo que ocurría en tal o cual capítulo.
Fue, por ejemplo, el caso de la serie V, un auténtico fenómeno en la ciencia ficción televisiva, con grandes momentos que conmocionaron a la audiencia como aquel en el que Diana (Jane Badler) se comía un enorme ratón, y cuyo número 10, el que ponía fin a la mini-serie y daba paso a episodios más convencionales, mantuvo en vilo a todos sus seguidores. Los sábados por la tarde eran un auténtico delirio dedicado a los lagartos que invadían la Tierra.
Los jueves era el turno de Luz de Luna, la agencia de detectives que encabezaban un Bruce Willis principiante y una Cybill Shepherd experimentada, que ya había pasado por varios clásicos de la pantalla grande, como La última película. La química entre los dos era colosal pese a que fuera de los platós no se soportaban, aunque como los buenos profesionales que eran nos hacían creer su tensión sexual no resulta...
hasta que la resolvían. Llegado este punto la serie perdió en calidad, pero para entonces ya había hecho Historia.
El equipo A es otro clásico. Hannibal Smith, interpretado por George Peppard, y sus muchachos hicieron las delicias de sus fans y unos cuantos años más tarde Hollywood retomó la marca para contarnos, con otro reparto, el origen de sus aventuras en una película que es un ejemplo para el cine de acción contemporáneo.
Los vigilantes de la playa, El coche fantástico, El gran héroe americano, Cinco en familia, Urgencias... tal vez no todas tuvieran la calidad que hoy se exige a una serie de altura, pero eran un entretenimiento como muchos otros de máxima actualidad y son un referente para los que crecieron viéndolas. No sabemos si hoy volverían a tener el éxito de que gozaron entonces, tal vez no porque los tiempos cambian y lo que ayer funcionaba mañana molesta, pero qué duda cabe que cuando se citan esos títulos se nos dibuja una sonrisa en la cara que delata que una vez fueron incontestables.