La pandemia de coronavirus no deja de empeorar en España. La mala evolución que demuestran de los últimos datos ha provocado que el Gobierno se plantee tomar medidas drásticas y no se descarta volver a declarar el Estado de Alarma en todo el territorio. Los últimos datos publicados sobre la pandemia por los distintos gobiernos autonómicos demuestran que los contagios no cesan de crecer en prácticamente la totalidad del territorio. Asimismo, existen varios nuevos brotes en diferentes Comunidades Autónomas.

Moncloa no descarta ningún escenario

Ante esta dramática situación, el Gobierno ha visto como sus planes se han visto trastocados.

El ejecutivo del país no preveía una segunda ola de Coronavirus de esta magnitud hasta bien entrada la estación otoñal, por lo que se ha visto obligado a poner sobre la mesa medidas más duras. De esta manera, el Gobierno de Pedro Sánchez no descarta ningún escenario, incluido el de la aplicación del Estado de Alarma.

El objetivo es garantizar el confinamiento perimetral de España y controlar así los nuevos brotes, así como evitar que la situación vuelva a descontrolarse en los centros sanitarios del territorio. De cumplirse esta posibilidad, España volvería a sufrir un confinamiento como el vivido en los meses más duros de la pandemia, que entró en vigor el 15 de marzo y finalizó el 21 de junio.

Y es que para el Gobierno, el Estado de Alarma es la única "herramienta" que podría permitir aplicar confinamientos perimetrales.

Una drástica medida con implicaciones políticas

A pesar de que el Estado de Alarma vuelve así a estar sobre la mesa de la hoja de ruta del Gobierno, las fuentes oficiales son prudentes a la hora de ver esta medida ejecutada.

Se trata de una drástica medida que supondría una toma de control por parte del Gobierno central sobre las autonomías. Esto conllevaría importantes implicaciones políticas.

El hecho de que intervengan en esta posible medida implicaciones políticas puede acarrear que se eclipsen las razones sanitarias. Regiones como Cataluña podrían mostrar su férrea oposición a cualquier tipo de medida que suponga la centralización de competencias, lo que conllevaría que la mayoría parlamentaria con la que se asienta el Gobierno de coalición del Partido Socialista y Podemos se viera afectada.

A esto se sumaría que el contencioso entre el Gobierno de Sánchez y el de la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso se recrudecería todavía más.

No habría confinamiento domiciliario en el nuevo Estado de Alarma

Ante este nuevo escenario planteado por el Gobierno de Pedro Sánchez, en el que la declaración de un nuevo Estado de Alarma es ya una posibilidad real, el ejecutivo ha querido dejar claro que en ningún caso de contempla volver a imponer un confinamiento domiciliario. El motivo es que conllevaría unos duros efectos sobre la economía y las relaciones sociales que el Gobierno quiere evitar a toda costa. Por lo tanto, aunque se bajaran "acciones coordinadas a nivel nacional", las características de estas medidas tendrían matices distintos a las aplicadas en marzo.

Los datos muestran una tendencia preocupante

La capital española sigue a la cabeza en cuanto a datos de nuevos contagios y fallecimientos. También la saturación hospitalaria es más grave en Madrid que en el resto de comunidades autónomas. Sin embargo, para los expertos epidemiólogos cerrar únicamente Madrid es poco efectivo para controlar la expansión del coronavirus. Por otro lado, los últimos datos sobre los casos de coronavirus en regiones como Cataluña o Andalucía son preocupantes.

En las últimas 24 horas en Cataluña se han producido 2.426 nuevos infectados y 16 fallecidos, mientras que en y Andalucía han sido 1.138 los nuevos contagios registrados y cuatro los muertos. Así, estas dos comunidades son las que han notificado las mayores incidencias del virus.

Ante estos datos y las previsiones de empeoramiento, el Ejecutivo tiene claro que si siguen aumentado así los contagios se deberán tomar decisiones enfocadas en la cuestión sanitaria. Así, se actuaría teniendo en cuenta las mejores medidas para controlar la alerta sanitaria y no los equilibrios políticos.