No hay dos personas iguales en el mundo, pues con sus ojeras y bolsas pasa lo mismo. Hay infinidad de tipos. Diferentes factores, dimensiones y colores dan una variedad de posibilidades casi infinita que la cosmética, los tratamientos estéticos y la cirugía intentan abarcar y solucionar. Y el hecho es que por separado o en conjunto en un elevado porcentaje lo consiguen.

Las bolsas y las ojeras, una de las grandes preocupaciones femeninas

La diferencia de espesor, la menor cantidad de glándulas sebáceas y el bajo nivel de colágeno y elastina hacen de esta pequeña porción de piel de nuestra cara una especie de “parque natural” en peligro de envejecimiento prematuro, constante y continuo.

La piel alrededor de los ojos, muy sensible y de delicado equilibrio, es el reflejo de nuestros hábitos, de nuestras horas de sueño, excesos, ansiedades, estrés y también de nuestra genética.

Entre los aspectos estéticos que más nos preocupan están, justo después de las patas de gallo, las ojeras y las bolsas. Una mirada cansada, oscura y arrugada nos pone años encima y nos hace sentir poco atractivas. No hay sombra de ojos que luzca bien sin una base adecuada y tratada. Incluso las bondades de un buen delineador serán suprimidas de raíz si tus ojos están hundidos en dos cavernosas cavidades oscuras.

Se puede luchar contra las bolsas y las ojeras

No es lo mismo las ojeras hinchadas y moradas que salen por la mañana después de una noche de fiesta en la que no se ha dormido casi nada, o cuando posiblemente uno se haya pasado con el alcohol (que deshidrata muchísimo) o se haya comido comida poco saludable a aquellas ojeras que viven perennes debajo de los ojos: se puede lograr variar la intensidad pero nunca desaparece.

La causa de las ojeras va a determinar en gran medida los pasos a seguir para su eliminación.

A veces con suprimir en nuestro día ciertos hábitos nocivos y adquirir costumbres más saludables podemos mejorar el aspecto. La disminución de sal, llevar una dieta sana, protegernos de la luz azul de las pantallas o incluso la forma de dormir puede influir.

La lista es larga y aunque no es imprescindibles que se cumplan todas las pautas si que es importante que algunas rutinas beneficiosas las incorporemos a nuestra vida.

Es esencial un buen cuidado de la piel y en especial del contorno de ojos (de hecho los expertos recomiendan el uso de un contorno de ojos a partir de los 25 años).

A día de hoy contamos con una amplia variedad de cosméticos adaptados a diferentes necesidades, edades y bolsillos que darán maravillosos resultados si se eligen los adecuados para cada tipo de piel. Incluso existen remedios caseros que pueden sacar de un apuro.

La peculiaridad del tipo de piel circundante de los ojos hace que las fórmulas empleadas para tratar la zona sean especiales. Al igual que es raro y nada recomendable usar la crema hidratante, reafirmante o nutritiva (o sea cual sea la función de la crema que uses) para la piel del cuerpo, en la cara también es inadecuado usar la crema de cara en el contorno de ojos, pues las necesidades de esta parte distan mucho del resto.

Una mala noche o una semana complicada que deriven en unas ojeras visibles desde la luna puede subsanarse con una buena siesta, cosméticos adecuados y un poquito de corrector.

Pero ojo (nunca mejor dicho) la cosmética retrasa, previene y en el caso de que ya se goce de ojeras, las atenúa pero no las elimina. Pasamos al siguiente nivel.

Si es la herencia genética la que determina el grosor, tamaño y color de la zona circundante de tus ojos, y no se ha sido muy constante con los cuidados faciales o simplemente apetece rejuvenecer la zona, existen diferentes tratamientos estéticos a elegir en función del problema.

Tratamientos estéticos que han demostrado su efectividad contra las ojeras

La Academia Española de dermatología y venereología (AEDV) en su página web nos hace un listado de aquellos tratamientos estéticos que han demostrados su efectividad contra el envejecimiento.

Los más adecuados para tratar la piel alrededor de los ojos son el ácido hialurónico y los láseres de rejuvenecimiento, ambos mejoran la textura de la piel, dan más grosor y alisan.

El ácido hialurónico es un componente orgánico que tiene el súper poder de retener el agua (es la hidratante por antonomasia) además es un desarrollador de colágeno y un maravilloso rellenador cutáneo. Es la “estrella” en los tratamientos estéticos. Debido a su peso molecular debe ser inyectado para que llegue a las zonas donde tiene que trabajar y haga el efecto deseado. Los efectos secundarios son mínimos (algún pequeño hematoma que desaparece a las 72 horas o alguna rojez) pero si es aplicado con ineptitud puede darse exceso de volumen o que este se desplace a otro lugar de la cara.

Es la mejor opción para disminuir la profundidad del surco entre el pómulo y la ojera o para tratar las bolsas.

Los láseres o IPL (Luz Pulsada Intensa) como técnica comparten con el ácido hialurónico la mejora de la textura de la piel y el incremento de la producción de colágeno y añaden luminosidad y que unifican el tono de la piel. Son la mejor opción para subsanar lesiones vasculares o para eliminar la hiperpigmentación (que suele darse por deposito de melanina o por el poco grosor de nuestra piel que hace que se transparente y se vea el plexo venoso). No obstante la hiperpigmentación es uno de los problemas más difíciles de tratar por lo que hay que ser prudente ya que no siempre se consiguen resultados del todo satisfactorio.

Básicamente la diferencia entre el ácido hialurónico y los láseres de última generación o IPL son que el primero “rellena y/o aplana” y los segundos “blanquean y/o unifican”. Los efectos durarán de 9 a 12 meses en el caso del ácido hialurónico y con los láseres o IPL se gozará de los resultados alrededor de 2 años. No obstante si se opta por esta última técnica, serán necesarias varias sesiones que variarán en función de la técnica láser elegida así como del tipo de ojera.

Decantarse por una u otra técnica dependerá de los propios factores que generan la ojera así como la intensidad y del tipo de problema que se tenga y tendrá que ser evaluado por el médico estético, dermatólogo o profesional (siempre licenciado en medicina) que se elija.

En este punto lo mejor es dejarse aconsejar por profesionales.

El bótox no es recomendado para tratar las ojeras

Si se ha bsucado información por internet, otra opción para rejuvenecer el contorno de ojos que aparece en los motores de búsqueda es el bótox. Respecto a este tratamiento se desaconseja totalmente. La FDA (Food and Drug Administration: Administración de Medicamentos y Alimentos) no aprueba tratar con bótox las ojeras y las bolsas ya que los posibles efectos secundarios no compensan y su efectividad no ha sido demostrada. También es importante tener en cuenta que la FDA nos advierte que inyectarse bótox es una intervención médica, no está considerado un tratamiento estético.

Pero las opciones de los tratamientos no acaba aquí.

Muchos centros estéticos ofrecen sus propias propuestas que complementan a las antes mencionadas. Aplicación subcutánea de CO2 medicinal (carboxiterapia), tratamientos decolorantes, estimulaciones mecánicas que drenan y eliminan toxinas, tratamientos que contrarrestan vascularizaciones deficientes y un largo etcétera llenan los folletos informativos de estos centros estéticos.

No todas estas ofertas están avaladas por el FDA así que es importante que antes de acceder a realizar cualquier tipo de tratamiento, uno se informe y se asegure que los productos que se va a inyectar o aplicar en la cara son de buena calidad, apropiados y que su uso es el adecuado

Cómo eliminar las ojeras definitivamente: blefaroplastia

Y allá donde ni la cosmética, ni los tratamientos estéticos, ni siquiera la combinación de ambas solucionan nuestro problema tenemos la opción de la cirugía estética.

Una opción que si bien requiere un compromiso mayor te garantiza la eliminación de las ojeras y bolsas para siempre. La intervención quirúrgica se llama blefaroplastia y debe ser realizada por un especialista en cirugía oculoplástica.

Según el SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética) y el ASAPS ( American Society for Aesthetic Plastic Surgery) estamos ante la tercera cirugía más demandada de nuestro país y la quinta en Estados Unidos. Básicamente consiste en eliminar el exceso de grasa, piel y músculo que rodea nuestros ojos y nos da una apariencia de perro bonachón tan poco atractiva. Al tratarse de una intervención quirúrgica de bajo riesgo y complicaciones mínimas en ocasiones se asocia a otras cirugías estéticas.

El especialista valorará entre otras cosas el grado de laxitud de la piel de la zona y en función de ciertos datos decidirá la planificación de la blefaroplastia. La duración de la cirugía puede rondar entre los 40 minutos y los 50 minutos y es realizada con anestesia local y sedación. Factores personales variarán tanto la duración como la técnica utilizada por el cirujano. Habrá que someterte a pruebas preoperatorias para evaluar el estado del paciente y seguir las indicaciones prescritas por el médico.

Es una cirugía ambulatorio con un postoperatorio bastante liviano que consistirá en un reposo de dos o tres días, la aplicación de compresas frías en la zona tratada y el uso de algún colirio o vendas.

No es un postoperatorio doloroso, eso sí, durante los primeros días los ojos estarán hinchados como los de Rocky Balboa después de su pelea con Apolo. La incorporación a la vida laboral será pasados unos 10 ó 12 días. Algunas clínicas ofrecen maquillaje especial para que la incorporación a la vida diaria sea más discreta o también se puede optar por las siempre recurridas e infalibles gafas de sol.

Cómo buscar información para operarse las ojeras

Para asegurarte se que se cae en buenas manos, es recomendable acceder a la pagina web de SECPRE donde se encontrará un listado de los especialistas en la ciudad o Comunidad Autónoma donde uno vive. Otra opción es la página web SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) una organización sin ánimo de lucro que también cuenta con un listado de personal titulado y cualificado.

También se puede hacer uso de las páginas web de organismos oficiales. Cada Comunidad Autónoma cuenta con su Colegio Oficial de Médicos y un directorio profesional en el que se podrá cotejar datos importantes como son titulación, especialidad, número de colegiado… Cada Comunidad Autónoma también cuenta con un registro de centros sanitarios en el que se podrá comprobar que el establecimiento en el que se va a realizar el tratamiento o intervención cuenta con las medidas y condiciones necesarias.

No se trata de hacer una caza de brujas pero en el sector estético existe un elevado porcentaje de intrusismo profesional que puede conllevar consecuencias devastadoras para nuestra salud. No hay que olvidar que es una lucha encabezada por los propios profesionales del sector. Para un buen resultado no es suficiente elegir la técnica más adecuada, sino que es mucho más importante que sea aplicada por manos expertas, formadas y sobre todo y ante todo, tituladas en medicina.

Hay que desconfiar de precios que son gangas pues detrás estarán instalaciones deficientes, poco personal y es posible que no cualificado, productos conseguidos ilegalmente, de mala calidad y/o incluso no apto para el uso en personas. Hay que comprobar que el médico que te está atendiendo lleva de forma visible su identificación, que el establecimiento tenga en lugar visible la documentación referente a la autorización de funcionamiento, su inscripción en el registro de centros sanitarios y la lista de servicios que ofrece junto al nombre y titulación de los médicos. Y por último nunca se debe firmar ningún documento que exima de responsabilidad a la empresa.