“Prepararme para mi Graduación fue casi una pesadilla, pues no solo quería verme bien, sino estar perfecta. Tenía que cuidar cada detalle sin que eso dejara a mis padres en bancarrota. Todo salió bien y cuando volví a ver a mis amigos tiempo después, no dudaron en decirme lo bien que me veía esa noche. Ellos no saben por todo lo que pase, pero tu estas a punto de saber cómo liberarte de todos esos obstáculos…”.

En este sentido, el primer ingrediente del estrés de la graduación es sin duda, el vestido, que además de ser formal y juvenil a la vez; oscuro y claro; sexy pero no vulgar; moderno y clásico, también tiene que ser barato.

Tú crees que esto es una misión imposible que solo un héroe puede resolver, bueno, pues estas a punto de convertirte en una súper chica porque no solo puedes remediar tu problema sino el de todas tus amigas. Un excelente consejo para ello, es que consigas una buena modista, y averiguar lo que cobra. Enseguida, dile que tienes varias amigas que quieren hacerse un vestido, y pregúntale si no habría manera de mejorar el precio por tratarse de hacerlo al mayor, es decir, para varias chicas.

Ten por seguro que si haces esto con tiempo de anticipación y convences de tres a cinco de tus amigas, les saldrá súper barato a todas, y quien sabe, tal vez si le llevas diez, hasta tu vestido te salga gratis.

Otra ventaja de mandar a hacer tu vestido, es que podrás estar tranquila de que nadie llevara otro igual y te quede a la medida.

Consejos para el largo del vestido

El largo ideal de un vestido es cuando se asoman las puntas de tus zapatos (no más de ello), ahora bien, si el vestido las tapa, pueden pensar que te lo prestó tu hermana mayor y se va a ver muy poco elegante.

Pero si resulta que te encantan tus zapatos, entonces el largo de tu vestido puede llegar hasta los tobillos, pero no más arriba. Cuando vayas a comenzar a comprar el vestido o a probártelo con la modista, no olvides de llevar los zapatos que vas a colocarte ese día o unos que tengan el mismo tacón. De este modo, conseguirás el largo adecuado y nada se te escapara de las manos.

Hay una gran ventaja con los vestidos largos: puedes olvidarte de las medias. Así cuando este bailando no te morirías de calor y tampoco estarás preocupada de que tu vestido se enrede cuando vayas al baño.

Tacones = Sufrimiento

Definitivamente, los vestidos largos no se ven muy bien con zapatos bajos, pero esto tampoco quiere decir que tengas en subirte en unos zancos para lucir bien. Toma en cuenta que esa noche vas a dedicarte a bailar y a disfrutar de la fiesta. Imagínate que por culpa de unos tacones que te incomoden no puedas hacerlo, sería fatal.

Es cierto que debes verte súper bien, pero lo más importante es que te diviertas como nunca antes lo has hecho, así que no olvides de comprar unos tacones cómodos o de llevarte aparte unos zapatos bajos o más cómodos que los que cargues.