A primera vista puede que lo parezca, pero hay muchas razones por las que la actitud de las francesas da resultado. Entérate del misterio y empieza a aplicar sus tips ya.

Convierta la comida en un ritual

Cuando las francesas se sientan a la mesa, se concentran en el placer de comer. Nada de mirar la tele, leer el periódico, engullirse un plato a la carrera o comer de pie. La comida es un ritual casi sagrado para ellas. Las francesas ponen la mesa bonita. Aún cuando coman solas, usan platos y servilletas de verdad para destacar la importancia del acto de comer.

Dejan los cubiertos a un lado entre bocado y bocado, concentrándose en los sabores y texturas de lo que tienen en la boca. Por eso se sienten satisfechas más rápido y, como consecuencia, comen menos.

No esperes a tener hambre para comer

Las francesas no se saltan ninguna comida, ni las reemplazan por batidos sin calorías, ellas desayunan, almuerzan y cenan. Pourquoi? Porque saben que hacerlo es imprescindible para que el metabolismo funcione a un ritmo regular y para evitar el hambre. Si alimentas tu cuerpo de manera razonable y cuando este lo necesita, es menos probable que te responda con un ataque de hambre. Si sustituyes las comidas por tentempiés solo conseguirás engañarte y quedarte sin energía.

Come menos, pero más variado

Las francesas no solo comen tres veces al día, sino que la típica comida francesa sigue consistiendo de tres platos, y a menudo hasta incluye queso antes del postre. ¿Cómo es que no engordan? Porque aunque comen más platos, las porciones son menores. La palabra francesa “menú” no solo significa lista de platos, también significa pequeño, y ese es el mensaje: comer porciones pequeñas.

Es decir, que a diferencia de nosotros que comemos mucho de una sola cosa, las francesas comen poco de muchas cosas. ¿Algunos trucos para empezar a copiar su filosofía gastronómica? Siempre sírvete menos de lo que puedes comer; coloca la comida en el centro del plato y sirve cada alimento en un plato diferente. Cambiar de plato no solo te obliga a concentrarte en lo que estas comiendo, también te hace comer más despacio mejora la digestión y aumenta la satisfacción.

Disfruta lo que te gusta

Las francesas adoran el chocolate, les gusta tomar champan como aperitivo y vino con la comida, y no necesitan que la ocasión sea especial para descorchar una botella. Tu cerebro se revelará contra cualquier programa que pueda interpretar como castigo. Así que si lo que te da placer es un panecillo en el desayuno o un poco de helado tras la cena, cómelo aunque sea ocasionalmente. Al igual que les ocurre a las francesas, al no sentirte privada, tu cuerpo no se desquitará con venganzas y cada vez necesitaras menos cantidad para sentirte satisfecha.