Este tipo de dietas bajas en calorías, desechan la idea del “cómo se come”, para llegar a problema de “cuanto se come”. Parten de la teoría de que engordamos porque ingerimos más cantidad de energía de la que gastamos.

Por ello, conviene saber qué tipo de vida se lleva para establecer el aporte calórico (energía) que necesita ese organismo. De esta forma quemamos calorías en consonancia con nuestro estilo de vida –ni más calorías, que significaría sobrepeso; ni menos, que comportaría debilidad y carencia de peso–. En un régimen de adelgazamiento hipocalórico se ingieren menos calorías de las que requiere el organismo.

Poca gasolina

Las dietas hipocalóricas significan adelgazar de una forma rápida, pero si no se siguen bajo un estricto control médico, el peso perdido vuelve a recuperarse en muy poco tiempo. Para evitar fracasos, es importante hacer un estudio a cada persona. Hay personas que no queman lo que comen, aunque sea en pequeñas cantidades y otras que, comiendo de todo, siempre están delgadas. ¿Por qué? En términos generales se engorda porque se come más de lo necesario, se hace una vida sedentaria o se posee un metabolismo muy lento.

Menú base

  • Yogur desnatado + 50 gramos de biscotes integrales + café solo o té = 150 calorías o 200 gramos de piña natural + yogur (o vaso de leche desnatada) + café o té = 120.
  • 180 gramos de dorada al horno (con hierbas aromáticas y zumo de limón) + ensalada de zanahoria, calabacín y judías verdes hervidas + 40 gramos de pan integral: 305 calorías o 30 gramos de pasta hervida con tomate y una cucharadita de queso parmesano + filete de ternera a la plancha + ensalada de lechuga = 427 calorías.
  • 50 gramos de jamón serrano + ensalada mixta (se puede mezclar lechuga, escarola, zanahoria, pimientos y cebolla) + 40 gramos de pan integral = 270 calorías o 65 gramos de arroz blanco (condimentado con especias o hierbas) + 100 gramos de sepia a la plancha con ajo y perejil + infusión = 340 calorías.

A favor

Por regla general, este tipo de dietas nos dicen que engordamos por dos razones: porque tomamos alimentos con más calorías de las que necesitamos (exceso de energía), o porque tenemos una vida poco activa que nos impide quemar la energía que nos sobra.

  • Las dietas hipocalóricas no hacen promesas ni creen en los milagros; son especialmente realistas, su lema es “la única comida que adelgaza es la que se queda en el plato”. Pero en ocasiones, pueden llegar a ser excesivamente restrictivas y ser difíciles de llevar a cabo.
  • Hipocalórica pero no escasa. Cuando están bien controladas por especialistas, las dietas hipocalóricas comienzan en una primera fase, con unas 800 calorías diarias, al menos durante la primera semana, en la que se adelgaza muy rápidamente. Le sigue una segunda fase en la que se eleva el número de calorías diarias a 1.200 o 1.400, lo que permite adelgazar de una forma moderada (1 kilo semanal) que garantiza que el peso no se recupere una vez abandonada la dieta.
  • En el tiempo. las dietas hipocalóricas son ideales cuando la pérdida de peso es moderada (2 o 3 kilos), ya que se adelgaza de una forma rápida y eficaz, sin necesidad de poner en riesgo tu salud.

En contra

Todos los regímenes hipocalóricos tienen un punto en común: hacen adelgazar muy rápido, pero se vuelve a engordar en cuanto se interrumpe si no se sigue una dieta de mantenimiento controlada por un especialista.

  • Relaciones peligrosas. Al ser una dieta muy estricta, si se sigue durante largos periodos de tiempo, se pueden sufrir alteraciones en el estado de ánimo, como depresión: es típico sentirse triste en una primera fase de la dieta, por no poder comer y beber lo que se desea; euforia: ver que se pierde peso y que los sacrificios merecen la pena, te hace sentir lleno de felicidad; frustración: llega un momento en que la pérdida de peso se estabiliza y continuar con la dieta comienza a resultar muy difícil; culpabilidad: si te has saltado algún día de la dieta o has cometido un pequeño “pecado” alimentario. Siempre y cuando seas consciente de estos cambios de humor te será más fácil superarlos.
  • A veces, cuando no son asesoradas por un médico o las alargamos en exceso, pueden provocar importantes carencias nutricionales, ocasionando debilidad, anemia o trastornos más importantes.