La motricidad fina se refiere estrictamente a las actividades que requieren la coordinación ojo-mano y la coordinación de los músculos cortos que les permite realizar actividades como recortar figuras, unir bloques de juguete o agarrar el lápiz para dibujar. Además de ser los músculos que les permiten abrir y cerrar sus ojos, sonreír, entre otros.

Un niño necesita de estas actividades porque le ayudan a tener precisión y también a elevar su coordinación. El correcto desarrollo del niño en este ámbito resulta clave y decisivo, ya que es esencial para su aprendizaje.

Es importante que sepas que este desarrollo comienza desde el nacimiento del niño, por lo que es importante adaptarnos a cada etapa y estimularlos correctamente.

¿Qué actividades se recomiendan para motivarlos?

Es esencial que tengas conocimientos que estas actividades o ejercicios deben ser estrictamente planificadas e ir realizándolas por etapa, de crecimiento. Es decir, en la etapa correcta. Lógralo y pasa a la siguiente actividad que trabaje o estimule el área deseada.

Actividades

  • Pintar con sus dedos y manos, utilizando tempera o alguna pintura que no sea toxica preferiblemente.
  • Pintar con colores o lápices de cera, figuras de variados tamaños.
  • Realizar recortes con tijeras, utilizando periódicos, o figuras.
  • Realizar recortes siguiendo líneas, ya sea en dirección recta o diferentes formas.
  • Hacer nudos, intenta con enseñarlos a trenzarse los zapatos.
  • Arrugar o rasgar papel.
  • Crear formas o realizar pelotas con material reciclable, como hojas de papel.
  • Hacer moldeados con plastilina.
  • Hacer moldeados con barro.
  • Aprender a vestirse, ya sea abrochando y desabrochando sus botones.

¿Cuándo preocuparnos?

En primer lugar, debes saber que estas habilidades pueden sufrir deterioros que van de ser menores a graves.

Y puede ser causado por accidentes que generen alguna lesión, por problemas congénitos, entre otros. Al verse alterado el funcionamiento normal del cerebro puede afectar la motricidad fina del niño.

Debemos preocuparnos cuando a cierta edad aún no pueden realizar actividades o presentan gran dificultad. Los Niños mayores de 5 años de edad que se les dificulta mayormente realizar tareas como dibujar, sostener lápices, vestirse, entre otros.

Esta situación se puede solucionar acudiendo a un profesional, que pueda asistir al niño con la terapia adecuada para ayudarlo a desarrollarse más y mejor y no retrasar su desenvolvimiento.