Hay veces que con tal de lograr lucir más bellas y adelgazar, hacemos de todo con tal de lograrlo, pero en lugar de ayudarnos, nos perjudicamos a nosotras mismas acechando contra nuestra salud y bienestar. Pero no caigas en estos errores.

A paso de tortuga te sientes orgullosa porque has reducido tu dieta a 900 calorías diarias, ¿te has puesto a pensar que opina tu organismo al respecto? Bueno, él piensa que algo anda mal, así que para ahorrar energía empieza a trabajar más lentamente y se aferra a cada caloría recibida, quemando la grasa mucho más lento de lo normal.

Para que esto no suceda, lo recomendable es que lleves una dieta por lo menos de 1.200 calorías. Una buena recomendación es comer sopa y ensalada, ya que te lleneras más rápido y con menos calorías.

Ahora bien, si cuando te pones a dieta eres tan estricta contigo misma que podrías alistarte en el ejército, relájate un poco. El hecho de que por un día, por causas de fuerza mayor, no hayas podido seguir la dieta al pie de la letra, no quiere decir que hayas fracaso y que mereces un castigo. Recuerda que en un plan alimentario lo que comas a lo largo de la semana es lo que cuenta y no solo lo que comas en un día.

Descenso en turbo

Una vez decidida a entrar en esos pantalones, no hay quien te detenga.

Para llegar a esa talla tendrás que bajar más de cinco kilos quizás, por lo que a partir de ese momento te despides de la mayoría de los alimentos hasta conseguirlo. La dieta no dura más de dos semanas y claro, los pantalones te quedan bien hoy, pero quien sabe mañana. Las dietas demasiado estrictas, rápidas y mal balanceadas, no solo alteran tus nervios, sino que también pueden afectar la piel, haciéndola flácida y ocasionando estrías, y los huesos por la falta repentina de calcio, sin mencionar el “rebote”, que es la recuperación de esos y un par de kilos más una vez terminada la dieta.

Una persona que no esté bajo supervisión médica no debe perder más de medio kilo a la semana, y aunque suele suceder que en una dieta balanceada pierdes dos kilos en las dos primeras semanas, esto no es tan significativo, ya que la mayor parte de ello es agua. Si deseas perder más de cinco kilos y realmente no quieres saber más de ellos, lo mejor es que consultes a un nutricionista.

Señales de auxilio

A la hora de mandar señales, no cabe duda que el cuerpo es un experto. Lo malos es que los que reciben el mensaje, o sea nosotros, no siempre entendemos su idioma. Cuando durante una dieta te sientas cansada constantemente o con sueño, puede tratarse de un claro síntoma de debilidad, ocasionado quizás por la falta de nutrientes. Por eso es muy importante que te alimentes bien todos los días.