El continúo afán por lucir más joven y con una apariencia más hermosa ha hecho que a nivel mundial nazca cobre auge la cirugía, que es una especialidad de la cirugía plástica estética ​ cuyo propósito es ayudar a mejorar la apariencia de algunas partes del cuerpo a través de procedimientos quirúrgicos.

Sin embargo como toda cirugía, también conlleva riesgos, y en este caso por tratarse de la belleza, cualquier inconveniente por pequeño que sea puede resultar fatal. Tanto que a raíz de algunos desastres estéticos, hay quienes colocan en tela de juicio la benevolencia de esas intervenciones y hasta las habilidades de los cirujanos.

Principales riesgos

Lipoescultura, colocación de implantes mamarios, blefaroplastia, en fin, independientemente del tipo de cirugía estética que a vaya a hacer pueden haber complicaciones, desde el transoperatorio hasta el postoperatorio.

Durante el transcurso de la cirugía puede haber complicaciones anestésicas, tales como reacciones de alergia que en ocasiones pueden ser severas, de igual manera se pueden presentar embolias, problemas respiratorios o cardíacos que pueden ser letales.

También puede haber sangramiento excesivo, que puede descompensar al paciente haciendo que amerite incluso transfusiones sanguíneas.

En el postoperatorio inmediato lo más frecuente entre las complicaciones es observar la presencia de hematomas, que si no evolucionan favorablemente pueden complicarse.

Esto puede ocurrir más frecuentemente cuando se dejan drenajes que no son manejados adecuadamente y también puede haber sangrados.

Donde hay heridas puede haber hinchazón que cause dolor al igual que procesos infecciosos, sobre todo si no se tienen los cuidados apropiados.

Ya más adelante puede haber problemas en la cicatrización, pérdida de la sensibilidad en el área de la cirugía, rechazo a los implantes o el riesgo de que los resultados no son lo que esperabas, con toda su carga emocional.

Y lo peor es que en muchos casos para corregir estas complicaciones, es necesario realizar cirugías adicionales.

¿Qué hacer?

Para minimizar estos riesgos, ante todo es importante entender que hay límites, y que muchas veces la cirugía no es la mejor opción.

Si una vez consultado con el especialista se decide que la cirugía es lo indicado es importante que se realice una detallada y minuciosa evaluación preoperatoria, donde el médico conozca todo el historial del paciente.

Además es sumamente importe elegir tanto el personal, como el centro de salud calificado para realizar la cirugía.