En un bebé la congestión nasal puede proceder de un común refriado, sinusitis o gripe. Exponerlos a aires acondicionados o ventiladores por mucho tiempo, así como el cambio de ambiente del frío al calor de una forma brusca, también podrían ser la causa de la alteración de su proceso de respiratorio.
En la congestión nasal los tejidos de la nariz se inflaman, lo cual puede producir que el bebé presente molestias al momento de ser amamantado, realizar cualquier actividad lo agita y por ende provocará el llanto, ya que presentara fatiga. Cuando estos casos se presentan debes actuar rápido y evitar desesperarte, para lograr calmar al bebé y evitar que se agite aún más.
¿Qué debes hacer?
- Si el bebé está presentando congestión nasal, debes revisar sus cavidades nasales para así descartar que tiene algún objeto que le impida respirar de manera correcta. En caso de que si exista debes llevarlo de con un pediatra de emergencia.
- En caso de que no tenga algún objeto que le impida respirar, opta por las gotas nasales. Aplica la solución salina en las cavidades nasales. Debes esperar alrededor de un minuto para que estas hagan efecto, luego debes poner al bebé boca abajo para que así salga la mucosidad.
- Si no cuentas con solución salina, no te preocupes, puedes prepararla al momento, solo debes mezclar agua tibia con media cucharada de sal, y aplicar con un gotero.
- Puedes usar un succionador o pera para intentar aspirar y ayudar a salir el moco. Primeramente debes asegurarte que el succionador no tenga aire, introdúcelo en la nariz, y cuando este adentro debes presionar para que este aspire toda la flema.
- Cuando vayas acostar al bebé debes asegurarte que la parte superior del colchón este un poco elevada, puedes colocar almohadas o libros, de esta manera al acostarlo la mucosidad se drene y de esta manera evitas el riesgo de que se pueda ahogar con los fluidos.
- Aplica toallas húmedas y tibias en la frente del bebé, alrededor de tres y cinco minutos, tres veces al día.
- Cuando está presente la congestión nasal la hidratación es sumamente importante, mantén al bebé siempre hidratado con agua, con leche de fórmula, o leche materna.
Otras recomendaciones
En caso de que cumplas con todos los Consejos y la congestión nasal persiste, debes chequear si la mucosidad del bebé ha cambiado su coloración de blanquecino a verde o amarillo, y si la contextura de la flema se tornó de ser liquida a espesa, o si tiene los ojos garganta irritada.
En caso de que se observen alguno de estos, debes llevar al bebé a un médico pediatra para que este lo examine y le recete un tratamiento más fuerte que mejore el estado del bebé. Evita la automedicación.