En los comics, en la televisión y hasta en el cine, existen personajes ficticios, súper poderosos, incluso desde la antigüedad, donde el héroe, el bueno, al final le gana al villano, que es el malo, sin embargo en este caso no ocurre así.
Todo sucede, porque , al igual que los seres humanos, los demás organismos, incluso las bacterias, seres unicelulares y ultramicroscópicos, son capaces de desarrollar habilidades y mecanismos que les permiten defenderse, de allí que el mal uso de los antibióticos por parte del personal de la salud y por la automedicación de algunas personas, ha transformado con el tiempo a los antibióticos en un “héroe desgastado", incapaz en muchas ocasiones de luchar contra las bacterias y vencerlas, y por lo tanto incapaz de curar.
¿Por qué ocurre?
Desde la época de los años 50, el uso de antibióticos, marcó un importante avance en el tratamiento de las enfermedades infecciosas e incluso en la prevención, sin embargo su uso indiscriminado dio lugar a la aparición de un fenómeno que se conoce como resistencia bacteriana, y es así como antibióticos potentes que antes eran capaces de detener su crecimiento o destruirlas, son ahora incapaces de hacerlo, todo debido al uso repetido e injustificado de los mismos. Esto sucede también con los virus, parásitos y hongos, sin embargo, se observa con mayor frecuencia con las bacterias.
¿En qué infecciones se observa?
En general la resistencia bacteriana a los antibióticos se puede observar en infecciones de cualquier sistema, sin embargo, entre las infecciones adquiridas en la comunidad una de las más frecuentes y que son importante motivo de consulta en los centros de salud, son las infecciones del tracto urinario, y el germen causal más frecuente es la bacteria llamada Escherichia coli, bacteria que ha creado mucha resistencia, de allí que su tratamiento inicial, generalmente es empírico, y el seguimiento debe ser basado en los resultados de los cultivos bacterianos.
¿Por qué es motivo de preocupación y que hacer?
La resistencia a los antibióticos pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento, de una serie cada vez mayor de infecciones y lleva implícita prolongación de la enfermedad, necesidad de realizar más pruebas y la utilización de fármacos cada vez más potentes que aumentan el costo de la atención médica a los pacientes, por otro lado, estos pacientes con infecciones resistentes, corren mayor riesgo de tener peor evolución clínica e incluso de morir.
El aumento de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos limita la administración de antibióticos económicos y de espectro limitado, lo que afecta el costo y el acceso a la atención, de allí que es importante hacer uso racional de antibióticos, evitar la automedicación , y hacer seguimiento con cultivos de las infecciones que se presenten.