La primavera está cada vez más próxima, al igual que muchos de los inconvenientes que produce en nuestra salud. Si necesitas antihistamínicos para no ver seriamente comprometida tu calidad de vida y temes los dolores de cabeza, la somnolencia o el aumento de peso que provocan estos fármacos, te alegrará saber que es posible contrarrestarlo con unos sencillos cambios de hábito. Te resumo las claves a continuación.
¿Engordan todos los antihistamínicos?
Lo cierto es que no. A grandes rasgos, los medicamentos que suelen prescribirse para mitigar los síntomas de la alergia (al polen, gramíneas, polvo...) se clasifican en 3 grandes grupos: de primera, de segunda y de tercera generación.
Son, precisamente, los de primera generación los que deprimen el sistema nervioso central y causan alteraciones en la función del apetito al inhibir los receptores serotoninérgicos. Tendrás más apetito, a horas no acostumbradas y la sensación de no poder saciarte. Es algo similar a lo que ocurre si sufres insomnio o dificultades para conciliar el sueño.
Algunas de las marcas de estos antihistamínicos de primera generación que se comercializan en nuestro país son Sominex, Dimetapp, Dramamine o Chlortrimeton y aunque estén haciéndote ganar peso solo tu médico podrá modificar el tratamiento. Muchas veces, pese al contratiempo que suponen contienen los efectos terapéuticos que mejor se ajustan a tu perfil.
¿Qué puedo hacer si la medicación me engorda?
La Organización Mundial de la Salud estima que el 35 % de la población mundial manifiesta algún tipo de alergia. Si te encuentras en el grupo de los alérgicos tratados con antihistamínicos de primera generación procura seguir estas pautas para contrarrestar el aumento de peso:
- Prima en tu dieta los vegetales y las frutas sobre las grasas saturadas y los productos procesados.
- Apuesta por los preparados a la plancha.
- Presta atención a la composición nutricional que muestran las etiquetas de los alimentos.
- Sustituye el picoteo de entre horas por infusiones, que además, añadirán otro tipo de beneficios como la diurésis con la cola de caballo, la digestibilidad con el anis o la relajación con el poleo menta.
- Reserva un rato, es suficiente con 30 o 40 minutos al día, para practicar algún tipo de actividad física (caminar, nadar, bailar...).
Como ves, solo se trata de modificar ciertos hábitos para compensar el antiestético efecto secundario de estos antihistamínicos. Nada que no ayude a cualquiera a mantenerse saludable y en forma.