¿Dónde radica el éxito de la gamificación y la realidad virtual cuando son aplicados como parte de la psicoterapia en enfermos de Asperger o autismo? Desde 1997, momento en el que la experta en aprendizaje Dorothy Strickland comenzó a combinar el tratamiento convencional para autistas con el juego proporcionado por el 3D, no han dejado de sucederse los proyectos que siguen ahondando en esta materia.

Lo cierto es que la realidad virtual y la realidad aumentada son muy visuales y encajan a la perfección con el modo de pensar de los autistas. Además, es posible graduar la exposición a los estímulos, que de otra manera en la vida real son más cuantiosos y llegan a bloquear a estas personas. De este modo, gracias al 3D la avalancha de estímulos se ve reducida y se favorece el progreso paulatino y personalizado.

Autismo, un enfermedad que aisla

A los autistas y afectados por el síndrome de asperger, actividades cotidianas como cruzar la calle sin ser atropellado, reconocer su propia postura corporal o mantener una conversación fluida les resultan grandes retos y les generan un enorme estrés.

Para tratar de revertirlo, la realidad virtual lleva varios años presente en la terapia psicológica de estos pacientes, en su mayoría niños y adolescentes. Al tratarse de un juego que simula la realidad pueden experimentar en un entorno seguro y controlado las consecuencias de sus actos.

La doctora Laura Raya lidera varios proyectos en nuestro país en los que, precisamente, un joven enfermo de Asperger colabora con el equipo de desarrollo. Una de estas iniciativas es el proyecto CicerOn, orientado a mejorar la capacidad expositoria de los enfermos de Asperger.

El proyecto Lancelot, por su parte, complementa el 3D con los smart watch que se encargan de recopilar los datos biométricos de los pacientes (pulso, conductividad de la piel...).

Así, se consigue ajustar los escenarios virtuales a la evolución de su conducta. Se trata de favorecer el progreso de manera sosegada, sin necesidad de recurrir a las palabras.

El Instituto IRTIC de la Universidad de Valencia está llevando a cabo otro proyecto, el proyecto Savia, cuyo objetivo es dotar al autista de recursos para encauzar su comunicación oral y gestual. Para ello, los participantes deben ordenar los objetos virtuales que su compañero les pasa a través de pictogramas.

¿Es válido para los adultos?

Hasta hace bien poco se creía que la capacidad social del cerebro no podía ser modificada a partir de la edad adulta. Sin embargo, el investigador de la Universidad de Yale, Daniel Yang, ha echado por tierra esta falsa creencia.

La realidad virtual activa distintas zonas cerebrales, con independencia de la edad, por lo que los enfermos de autismo adultos también pueden beneficarse de esta tecnología para potenciar sus habilidades de comunicación y seguir trabajando en su plena integración social.