Los glúteos han sido venerados por decenas de culturas a lo largo del tiempo. Su función estética y erótica es, sin duda, innegable, sin embargo, su importancia va mucho más allá. Posee funciones más que notorias en lo que a salud y movilidad se refiere. Gracias a las glúteos y a la capa de grasa que los recubre, podemos sentarnos sin dañar los huesos isquiones. Del mismo modo, posibilitan que podamos permanecer de pie por periodos prolongados de tiempo y que tengamos la capacidad de correr largas distancias.

Se trata del músculo más grande del cuerpo humano, y se considera que está dividido en tres partes: glúteo mayor, glúteo medio y glúteo menor.

Sirve de nexo entre la mitad inferior y superior del cuerpo, por lo cual su protagonismo es indiscutible. Sin embargo, es un músculo con tendencia a inhibirse.

Los hábitos de vida actuales pueden aniquilar la tonicidad y firmeza de las nalgas. Permanecer sentados en jornadas interminables de trabajo, conducir en vez caminar, y las dietas estrictas son enemigos acérrimos de éstas.

¿Es la cosmética la solución?

La cosmética supone una gran ayuda a nivel estético, empero, no es la panacea. Un exfoliante de calidad preparará la piel para recibir los posteriores tratamientos y, además, aportará luminosidad al eliminar las células muertas. De igual importancia resulta la aplicación de una crema hidratante-reafirmante o una lipolítica y reductora en caso de que se necesite.

Los tratamientos de Belleza que puedan efectuarse en esta zona, sin duda, mejorarán su apariencia, pero no sustituyen a un estilo de vida ordenado y saludable, que será, realmente, lo que otorgue firmeza a las nalgas.

El deporte, el mejor amigo de los glúteos:

Caminar o practicar deportes como body pump o gap son aliados imprescindibles para mantener la tonicidad del músculo y reforzarlo.

Dentro del gimnasio pueden realizarse pesos muertos y sentadillas, que ayudarán a fortalecerlo. Es importante dejar descansar al músculo, ya que que el entrenamiento excesivo podría ser perjudicial para alcanzar los glúteos soñados.

Lejos de fijarnos en estereotipos imposibles de alcanzar, debemos ser conscientes de que un glúteo fuerte, tonificado y firme sólo se consigue con dedicación, esfuerzo y ejercicio.

Igualmente, hay que comenzar a construir el músculo en la cocina. Una dieta muy estricta y un descanso insuficiente nos alejarán de nuestro objetivo.

Antes de comenzar cualquier rutina de ejercicios es imprescindible consultar con un profesional. No se recomienda entrenar sin supervisión, ya que puede dar lugar a lesiones graves.