Shyamalan, antaño laureado por títulos como "El Sexto Sentido" o "El Protegido", demuestra seguir estando en forma con este filme.
Cuenta la historia de Kevin (James Mcavoy), un hombre en cuyo cuerpo conviven veintitrés personalidades distintas (en la película sólo se muestran nueve de ellas). Dicho hombre secuestra a tres chicas adolescentes para llevar a cabo una misión nada predecible. Durante la retención, la líder del grupo, que comparte protagonismo con Mcavoy, sufre episodios de flashback que la retrotraen a su más tierna infancia. Algunos de estos episodios podrían resultar excesivos pero tienen un sentido dentro de la historia.
Esta trama se combina con otra secundaria en la que la doctora Fletcher, encargada de tratar la mente de Kevin, aporta algunas de las claves imprescindibles para esclarecer la película.
Esta historia que, a priori, podría parecer sencilla va evolucionando hasta convertirse en algo mucho más complejo, cuyo final sólo comprenderán los amantes del Cine de Shyamalan.
Una película cargada de polémica
El filme ha creado gran controversia. SANE (una organización benéfica australiana) considera que se trata la enfermedad mental de manera irrespetuosa, y asegura que el largometraje estigmatiza y estereotipa a las personas que padecen Trastorno de Identidad Disociativa (Personalidad Múltiple).
No han faltado las manifestaciones en contra de la película.Un grupúsculo de personas que padecen DID (Trastorno de Identidad Disociativa) se posicionaron en contra de la comercialización de la obra de Shyamalan, pues consideraron inapropiada la representación de las personalidades mútiples, que aparecen como violentas.
Los intérpretes
El visionado del filme merece la pena, aunque sólo sea por el virtuosismo de Mcavoy, que realiza una interpretación digna de Oscar. El actor encarna a la perfección todas y cada una de las personalidades que habitan en el cuerpo de Kevin. A través de un solo gesto, mueca o cambio de postura corporal es capaz de hacer entender al espectador qué personaje está interpretando en ese instante.
Su manejo de la expresividad es admirable. El escocés ha sabido estar a la altura del papel y ha declarado que ha sido como interpretar a nueve personajes distintos, cada uno con su esencia. Su trabajo es, sin duda alguna, lo mejor de este largometraje. Su savoir faire le convierte en uno de los mejores actores de esta época.
Es más que destacable el trabajo de Anya Taylor-Joy (La Bruja), que comparte protagonismo con Mcavoy. La actriz, que ha trabajado previamente bajo las órdenes de Robert Eggers, lo hace ahora bajo la batuta de Shyamalan, que ha sabido explotar todo su talento. El futuro de esta joven promesa del séptimo arte se augura muy halagüeño.
La vuelta de Shyamalan
El director y guionista indio-estadounidense demuestra que sigue manteniendo el músculo cinematográfico con este largometraje de una hora y cincuenta y siete minutos de duración.
Las críticas arrojadas sobre él por películas como After Earth no han conseguido hacer mella en su persona, y en este filme ha conseguido knockear a sus detractores, cosechando un éxito monumental. Tanto la crítica como el público (en taquilla) han acogido bien el filme, el cual recaudó dos millones de euros durante su primer fin de semana en España .