El pan integral aporta a nuestra dieta elementos muy beneficiosos para nuestro cuerpo, y lo hace de una forma mucho más Natural y económica que a través de la ingestión de pastillas o complejos vitamínicos.
Algunas de las ventajas respecto al pan blanco o común, es que es más rico en proteínas. Después de la carne, el pan integral es el producto que más proteína suministra, minerales y vitaminas B, D y E. También previene muchos problemas de salud, ya que disminuye el riesgo de adquirir enfermedades infecciosas, alteraciones óseas o nerviosas, y contribuye a combatir el estreñimiento.
Como su nombre indica, el pan integral es el que se elabora con harina integral de trigo o de centeno, que contiene todo o casi todo el germen y el salvado del cereal. Es recomendable que el contenido de salvado -cascara del grano de los cereales desmenuzada tras ser molida- sea de un 90 a 92% desechando las partes más gruesas para evitar irritaciones intestinales.
¿Cómo puede reconocer este tipo de pan?
El pan integral es de color más oscuro que el de trigo. La corteza no se desprende tan fácilmente de la miga. En relación al volumen, no es tan ligero como el pan blanco, sino más consistente. Al olerlo, se detecta una ligera acidez; si no huele a nada, mejor descartarlo, porque probablemente sea totalmente insípido.
Al reconocerlo, también debes conocer que cantidad tomar, en Estados Unidos, Francia y Alemania consideran tan importante este alimento que las autoridades han recomendado que realizar y vender pan integral sea obligatorio en todos los hornos y panaderías. Los alemanes recomiendan que el consumo medio de pan sea de 250 gramos diarios para las mujeres y 320 para los hombres.
Ten en cuenta que consumir pan al mismo tiempo que se comen otros alimentos contribuye a saciar antes el apetito, razón fundamental para descartar la idea de que el pan engorda. Lo que puede provocar que aumentes de peso no es el pan en sí, si no la cantidad que consumas. Es más, el pan integral ha de formar parte necesariamente de cualquier régimen de adelgazamiento.
Un pan específico para cada persona
A nivel general, el pan integral es el más saludable. Pero, hay otras elecciones más acertadas para casos particulares: para el estreñimiento, compra un pan que contenga incluso más salvado que el integral; el pan de germen se recomienda a aquellos convalecientes de enfermedades infeccionas o anémicos, para los diabéticos o afectados por colitis crónica, se recomienda el pan de gluten; para las ulceras en el estómago, el pan blanco o tostado y para la hipertensión arterial grave, es recomendable el pan que no contiene ni gluten ni germen.