La eterna búsqueda
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha buscado incansablemente el secreto de la eterna juventud. ¿Cómo no envejecer? ¿Cómo mantener nuestro cuerpo fresco, lozano, con un rostro libre de arrugas por muchos años?
Los avances médicos han hecho lo suyo para atenuar las huellas del tiempo en la piel. La cosmetología ha ido en ascenso logrando resultados verdaderamente notables para complacer a un público cada vez más exigente.
Las grandes marcas compiten ferozmente a través campañas publicitarias basadas en la promesa del “Rejuvenecimiento” para posicionar sus productos.
Sin embargo, algunos escépticos se aferran a la idea de que hagamos lo que hagamos, lo seguro es llegar a viejo. ¿Será esto cierto? ¿O existirá como en los cuentos, algún elixir milagroso que nos libere del paso del tiempo?
Una clave para retardar el envejecimiento
El reconocido médico gerontólogo Juan Hitzing, quien ha trabajado por más de 40 años en este apasionante tema, sostiene que “si bien el envejecimiento es un fenómeno universal, inexorable e irreversible, su ritmo puede modificarse”.
Algunos de sus estudios se centraron en relacionar las conductas y actitudes de sus pacientes, con el evento biológico de un envejecimiento exitoso.
A partir de allí diseño un esquema conocido como alfabeto emocional, que nos ilustra cómo las emociones repercuten directamente en las respuestas de nuestro sistema endocrino, ocasionando diferentes reacciones.
Por ejemplo, las emociones como la rabia, el rencor, la resistencia, la represión; producen la hormona llamada cortisol, cuya presencia prolongada en la sangre genera estrés y aumenta el riesgo de adquirir enfermedades cardio-cerebro-vasculares.
En cambio, las emociones o conductas con S como serenidad, silencio, sabiduría, sueño, sonrisa, sociabilidad, son generadoras de serotonina, una hormona que nos produce bienestar, que mejora la Calidad de vida, previene enfermedades y retarda la velocidad del envejecimiento celular.
Las conductas S generan actitudes A: ánimo, amor, aprecio, amistad entre otras.
He aquí una de las claves: Las conductas S pueden ayudarnos a mantenernos más jóvenes y mejorar nuestra calidad de vida. Las emociones positivas contribuyen no solo a una buena salud mental sino también a un cuerpo sano.
Conocer cómo funciona nuestro cuerpo nos permite tener un cierto control sobre él.
Sabemos que las emociones negativas son inevitables y que como seres humanos estamos expuestos a ellas, sin embargo es posible aprender a manejarlas y no permitir que se instalen en nosotros por tiempo prolongado.
Conviene recordar que la vejez no es un problema, sino una etapa de la vida en la que podemos seguir siendo felices, conectándote con las emociones y experiencias que nos hagan sentir bien. Aun queda mucho camino por recorrer.