Una mujer que en París esté considerada como afectada por exceso de peso resulta ser señalada por su físico y discriminada con respecto a sus pares más similares al modelo de Belleza establecido."Gordo" se ha convertido en un insulto. Existen multitud de tratamientos y consejos orientados a perder kilos y alcanzar siluetas delgadas y deportivas. Se puede encontrar todo un mercado de la belleza, que mueve miles de millones, que ofrece a quien pueda pagarlo todo un abanico de tratamientos que prometen parecerse a las imágenes con que nos bombardea la publicidad.

La medicina tampoco escapa de esta idea general y los doctores ofrecen tratamientos endocrinos y estéticos para reducir o eliminar el sobrepeso, pecado mortal del ciudadano medio. ¿Hasta qué punto es cierto que hay un motivo científico y desinteresado detrás de todo esto? ¿No es natural tener grasa en el cuerpo tanto como tener músculos o sangre?

En la sociedad occidental, el acceso al tiempo y al dinero necesarios para llevar una vida saludable y llena de actividades deportivas está reservado a una minoría rica. Las clases bajas pueden permitirse una alimentación menos saludable llena de grasas saturadas y tienen menos dinero y tiempo para informarse adecuadamente de los métodos y sistemas que efectivamente les permitirían elaborar dietas eficaces para alcanzar la figura deseada.

El coste de estar en forma se convierte entonces en un indicador de status social.

La inseguridad alimentaria está generalizada en las capas bajas de la sociedad y se calcula que millones de ciudadanos occidentales caen en ella. En los vecindarios pobres hay menos gimnasios, parques y carriles bici. No hay tanto dinero para formarse y ello lleva a consumir una dieta peor.

El acceso a la comida basura se hace más fácil y habitual. Los alimentos sanos son más caros al convertirse en objeto de deseo de los más ricos y eso los pone fuera del alcance de los pobres.

En culturas africanas hoy en día, aún se ve bella a la mujer entrada en carnes. Es sinónimo de abundancia en un entorno de escasez. Lo contrario ocurre en occidente.

La belleza representa los rasgos de la riqueza y el status social en las culturas humanas. Ésa parece ser la conclusión de un grupo de investigadores dirigidos por el Dr. Ananya Mandal. Un tema del que conviene informarse más.