La Organización Mundial de la Salud (OMS) publica cada cuatro años el estudio global sobre la salud de los jóvenes en edad escolar, este recopila datos de adolescentes entre 11 y 15 años de hasta 42 países europeos y norteamericanos (España incluida), los últimos resultados pertenecen a la ronda 2013-2014.
Tras analizarlos se puede confirmar que la mitad de chicas quinceañeras están obsesionadas con su peso y se ven gordas, cuando realmente solo el 20% tiene problemas de Obesidad. Para ser exactos, el 26% empiezan a preocuparse con tan solo once años y las cifras suben hasta el 43% cuando cumplen 15.
De hecho son pocas las niñas que desayunan todos los días (52%) ya que bastantes dicen estar a dieta y en cuando a ellos son los menos (29%)quienes toman si quiera una pieza de fruta diaria, no obstante confiesan consumir muy a menudo bebidas azucaradas.
Los hábitos femeninos son, por lo general, más aceptables. Ellas incluyen en su alimentación una mayor cantidad de fruta y verdura, además su higiene bucal es mejor, aun así juzgan negativamente su salud. Volviendo al entorno masculino, ellos suelen practicar deportes de forma más continuada, pero se declaran más aficionados al alcohol y las peleas, (al menos la mitad dice haber sufrido algún tipo de lesión)
La peor edad abarca desde los 11 hasta los 15
Se confirma que la edad peor edad para ambos sexos está comprendida entre los 11 y 15.
Es entonces cuando parecen a mostrarse particularmente estresados en el ámbito escolar (sobre todo las mujeres, que de hecho suelen sufrir problemas de salud derivados de las preocupaciones al menos una vez por semana), así como a expresar desconfianza hacia sus progenitores, reclusión en sí mismos, fijación por su cuerpo y descuido en la alimentación o pérdida del sentido de unidad familiar.
Prueba de esto último es que ni la mitad de jóvenes realiza con los suyos al menos una comida y esto se acentúa a medida que van creciendo. En lo tocante a las relaciones paternales, los niños de once años confiesan mantener un vínculo muy estrecha con ellos, pero este se bifurca con el tiempo. De hecho, el 20% reconoce no hablar con sus madres de posibles problemas, y en el caso del padre la situación se agrava, aunque presenta una leve mejoría en comparación con datos anteriores.
La doctora Zsuzsanna Jakab revela que los estilos de vida suelen adquirirse precisamente en edades comprendidas entre los 11 y 15 años y que es en esta época también cuando ambos sexos empiezan a notar sus grandes diferencias y los conceptos que perduraran en su madurez.
En resumen, este extenso informe deja traslucir una sociedad adolescente que en general parece estar conforme con su salud (80%) pero que sigue descuidando el tema del ejercicio y necesita rebajar su adicción por el alcohol (aunque esta se ha reducido) continúan igualmente presentes los prejuicios y discriminaciones por factores socio económicos. Los datos mejoran en lo referentes al tabaquismo, pues el porcentaje de chicos enganchados ha descendido considerablemente en cuatro años (del 24 al 17%) más aun en el caso de las chicas.