La plaza de Colón de Madrid fue tomada ayer por madrileños y gente venida de toda España para manifestarse contra el Gobierno y su plan para indultar a los líderes del procés. Los manifestantes, que fueron casi la mitad que en 2019, cuando hubo 45.000 manifestantes en la misma plaza, levantaron su voz contra dichos indultos, dado que los consideran injustos, que se saltan el consenso político y a opinión del Tribunal Supremo – el cual advirtió que ninguno de los independentistas se arrepentía y que amenazaban con volver a repetir el 1-O – y amenazan con salir las veces que sea necesario para decir “No” a dichos indultos, según declaró Rosa Díez en su intervención.

La manifestación fue convocada por la plataforma Unión 78

Esta manifestación, convocada por la plataforma Unión 78 (formada por Rosa Díez, Fernando Savater y María San Gil), y respaldada por la sociedad civil y los partidos de ultraderecha y centro-derecha (VOX, PP y Ciudadanos) – los cuales no quisieron copar el protagonismo y cada uno marchó alejado de las otras formaciones, intentando no repetir la llamada ‘Foto de Colón’ de 2019. "Es una muestra de cómo ciudadanos, con todo tipo de ideas u orígenes, dicen 'basta ya' a la deriva del Gobierno y que saldrán las veces que hagan falta para defender la democracia", dijo Rosa Díez.

VOX, PP y Ciudadanos marcharon por separado

Sin embargo, el acto estuvo cubierto de cierta incomodidad – sumada al error de un generador eléctrico, que retrasó la manifestación una hora – debido a los tres partidos políticos que se presentaron: VOX, PP y Ciudadanos.

La líder del partido naranja, Inés Arrimadas, fue increpada por algunos manifestantes, no pudiendo entrar en la plaza de Colón por motivos de seguridad y aforo, llamándola "traidora" y algún otro improperio, aunque miembros de la formación naranja desmienten esto, diciendo que ellos no escucharon nada cuando estaban todos en grupo.

A Casado y Almeida no les gustó las palabras de Ayuso sobre el Rey

Casado habló en la sede de Génova 13, pero todos los titulares se los llevó la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al acusar al Gobierno de querer hacer cómplice al Rey Felipe VI con su firma en dichos indultos, palabras que no sentaron muy bien ni al líder del Partido Popular ni al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, los cuales no aplaudieron, visiblemente molestos, a su compañera, dado que el Rey prácticamente no tiene posibilidad de no refrendar dichos indultos como Jefe de Estado, ya que estos son aprobados por el Consejo de Ministros.

Por su parte, Santiago Abascal, pidió, por encima de siglas e ideologías, unidad, pues como ya se ha visto, en palabras de Abascal, "Sánchez no tiene ningún problema en pisotear la Constitución ni el Tribunal Supremo".