El Gobierno, de cara a la obtención de becas para el año escolar 2020/21, ha decidido que se prescindirá del mérito académico para solo atender a la renta familiar del estudiante. Por lo tanto, para obtener estas becas, un alumno no universitario solo necesitará un aprobado, al igual que un estudiante de grado aprobar un porcentaje mínimo de créditos, cuando antes se le exigía como mínimo una media de 6 o 6,5. Con un presupuesto de 1.900 millones (386 millones más que el año pasado) para el sistema de becas estatal y ayudas al estudio, serán 600.000 estudiantes los que podrán beneficiarse de estas ayudas.

Se aumenta un 22% las ayudas a estudiantes con rentas bajas, tanto de estudios no universitarios como universitarios

De esta manera, los alumnos con menos recursos obtendrían 100 euros más en la ayuda en el estudio, que pasaría de 1600 a 1700 euros, al igual que los alumnos que residan fuera de su municipio. Este aumento es tanto para alumnos en educación no universitaria como los que cursan un Grado o Master. Además, aquellas personas que reúnan los dos requisitos de renta familiar baja y vivir fuera de su municipio podrán acumular las cuantías, pues no son excluyentes.

Este cambio en las ayudas a los estudiantes pretende revertir la ley Wert, pero mantiene de esta “las partes variables”

Estas medidas revierten por completo las tomadas por el exministro de Educación, José Ignacio Wert (aunque mantiene su parte variable), el cual había puesto como condiciones para recibir becas aquellos “mínimos” derogados por la aplicación de la llamada ‘ley Celaá’, la cual se aprobará por real decreto en las próximas semanas.

La ministra de Educación, Isabel Celaá, junto con el ministerio de Universidades, ya había planteado esta “importante reforma” el pasado mes de febrero en el Congreso, pero que la aparición de la crisis sanitaria había puesto en suspenso.

Hay expertos que ven ciertos peligros en esta nueva reglamentación para dar las becas

Sin embargo, no todo el mundo está contento con estos cambios propuestos.

Diversos expertos, como José Antonio Marinas (filósofo y escritor), José Montalbán Castilla (doctor en económicas e investigador en la Stockholm School of Economics) e Ismael Sanz (profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y ex director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa), señalan tres puntos muy problemáticos de esta nueva ley educativa que se quiere implantar: se destruye la meritocracia (los alumnos que más se esfuerzan, sea cual sea su posición económica, verán que cualquiera puede obtener ayudas trabajando lo mínimo), la reforma no están radical, estructuralmente hablando, como se pinta, y se preguntan quién va a pagar ese aumento de las ayudas si no hay presupuestos.