Cuatro millones de mascarillas compradas por España e Italia fueron incautadas el 5 de marzo en Lyon en el marco de un decreto emitido por el presidente Emmanuel Macron para requisar todas las existencias y la producción de mascarillas protectoras para su distribución al personal médico y a los franceses infectados con Covid-19.

Las mascarillas en tránsito

El stock de mascarillas, enviada por una compañía sueca, estaba en tránsito a través de la plataforma de la compañía nórdica con sede en Lyon, para ser redirigida en parte a España e Italia, los dos países más afectados por la epidemia de Coronavirus de Europa.

Pero estos cuatro millones de mascarillas fueron incautados automáticamente en nombre de la solicitud de existencias de equipos médicos, decidida dos días antes por Francia.

Las mascarillas son fabricadas por la empresa sueca Mölnlycke en China y que, luego de pasar por el puerto de Marsella, se encontraban en la plataforma logística ubicada en Lyon. Mölnlycke es un gigante nórdico fabricante de material textil descartable para actividades médicas. De origen familiar, fue la primera fábrica industrial de gasas y apósitos para provisión hospitalaria. De esos los cuatro millones de mascarillas retenidas, un millón estaban destinadas a España y otro tanto a Italia.

Europa no puede autoabastecerse

Una quinta parte de todas las compras de materiales médicos en la Unión Europea son equipos de protección personal importados de Asia por la empresa sueca Mölnlycke.

Y el principal almacén de stock y distribución de la compañía para el sur de Europa, Bélgica y los Países Bajos se encuentra en la francesa Lyon.

Los franceses, amparados por el decreto presidencial emitido el 3 de marzo se apoderaron del stock de Mölnlycke de aproximadamente cuatro millones de mascarillas. Todo había sido comprado y tenía destino: Italia y España, además de Bélgica, Países Bajos, Portugal y Suiza, que tiene un estatus comercial especial con la UE.

Del total solo un millón eran compra francesa. Se requirieron 15 días de negociaciones y la intervención del gobierno sueco para que la Secretaría General de Defensa y Seguridad Nacional de Francia acordara transferir la mitad de las mascarillas pertenecientes a España e Italia.

Mascarillas desechables, un bien valioso

Las mascarillas desechables en el contexto de la pandemia de coronavirus son un bien tan preciado como escaso y ningún país de la Unión Europea tiene capacidad para producir según las propias necesidades y autoabastecerse.

La guerra desatada es justamente eso: una guerra por la apropiación de los insumos vitales.

Es la propia Francia la que activó las alarmas con las denuncias del presidente de la región Gran Este, Jean Rottner, la más afectada por la pandemia de coronavirus. El relato es aterrador cuando cuenta que los estadounidenses vienen con dinero en efectivo y se llevan los insumos pagando hasta tres veces el costo de las ansiadas mascarillas procedentes de China en la propia pista de los aeropuertos. La presidenta de la región de París también denunció la pérdida de cargamentos a manos de los estadounidenses. “El gobierno de Washington niega estar detrás de esa carrera y haber comprado mascarillas a China destinadas a Francia”, declaró a la AFP un alto funcionario estadounidense.