Ya hace más de dos semanas que Francia está revuelta en medio de protestas continuas y huelgas también continuas contra la reforma de las pensiones que el Presidente Emmanuel Macron y el Gobierno de su Primer Ministro, Edouard Philippe, quiere realizar, y que no gusta nada a la mayoría de franceses.

Las huelgas, como hemos dicho, afectan sobre todo a los transportes públicos, desde trenes a autobuses, y aunque se acerca la Navidad, no cejan los manifestantes en seguir con ellas. La reforma, que quiere ser universal y sin distinciones, incluye puntuaciones para decidir cuanto recibirá cada persona jubilada.

En el caso del presidente Macron, renunciaría a cobrar su pensión cuando deje de ser presidente de la República. Según una Ley de 1955 muy generosa, le daría unos 5.000 € netos mensuales. No importa la edad que tenga en el momento de dejar el cargo ni el tiempo que haya estado en el mismo.

Una Ley de 1955 daba una buena pensión a los ex presidentes de la República

“Ha decidido que ésta Ley (la de 1955) no se aplique a corto plazo en 2022, ni en el año 2027 en caso de un segundo mandato”, se dice desde el Elíseo. Y se quiere que ya no se aplique a ningún otro futuro presidente.

Tampoco quiere Macron sentarse en el Consejo Constitucional, donde acabaron todos sus antecesores, con cargos vitalicios y un sueldo de unos 13.000 € mensuales.

Y con la que está cayendo, se dice que menos gustaría a la gente que se manifiesta estos días o desde hace un año con los Chalecos Amarillos, si los cobrara.

Volviendo a la Ley que le está creando tantos problemas con su pueblo, mucho más que los largos meses, en los cuales cada sábado veía las manifestaciones de los Chalecos Amarillos, Macron ha pedido desde Abidjan (Costa de Marfil), donde realiza una gira por varios países africanos ex colonias francesas, que haya una tregua de las huelgas, ahora que llegan las Navidades.

'Demagogia', según la oposición

El resto de formaciones políticas francesas, como era de esperar, reacciona de manera diferente. Entre los más duros, está uno de los rivales más encarnizados de Macron, Jean-Luc Mélenchon, de Francia Insumisa. “Esto es insoportable, no hay más que los grandes señores, los ricos, quienes se permiten este tipo de libertades.

Hay medios para pasarse una pensión de 6.000 €, pero la mayoría de la gente no tiene medios para ello, y yo, personalmente, no los tengo”.

Ségolène Royal, ex ministra socialista y ex pareja del ex Presidente François Hollande, tampoco ve muy clara la idea de Macron, sólo “si renuncia también a volver a las grandes empresas mundiales, con las grandes jubilaciones que tienen y cuyos montantes no tienen medida”.