En la actualidad, la lucha contra el cambio climático y sus consecuencias se ha convertido en el desafío más relevante que se plantea a nivel mundial por su incuestionable y negativo impacto en el medio ambiente, la salud de la población y la economía.

Los gases de efecto invernadero (GEI) se producen de forma natural y constituyen una barrera protectora que permite que el planeta sea habitable. El problema surge cuando las emisiones de dichos gases aumentan desmesuradamente.

En el transcurso del último siglo y medio a causa de hechos como la industrialización, la explotación agraria a gran escala y la deforestación han incrementado la emisión de los gases de efecto invernadero a niveles jamás alcanzados generando una situación que es cada vez más irreversible.

El aumento de la temperatura empobrece

Los países más ricos y desarrollados son los responsables de las mayores emisiones de los GEI; por contra los países más empobrecidos padecen las repercusiones más graves careciendo de los recursos necesarios para proteger el clima y adaptarse a los cambios. Estos estados están situados mayoritariamente en las zonas más cálidas del planeta siendo por tanto los más perjudicados por el aumento de las temperaturas.

Para un país pobre con una temperatura media de 25ºC. cada aumento de un grado supone la caída de 1,2 puntos porcentuales en su crecimiento debido a la repercusión adversa del cambio climático sobre la productividad, la agricultura, ganadería y pesca del país y la salud de su población.

El conjunto de los países más ricos y avanzados incluyen la mayoría de las zonas templadas más alejadas de los trópicos; en estos lugares, la temperatura media fluctúa durante el año y en consecuencia tienen una mayor adaptación al cambio.

Los objetivos a alcanzar demandan la solidaridad entre países

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC en su acrónimo en inglés) fue creado en 1.988 por dos organizaciones de Naciones Unidas, la Organización Meteorológica Mundial y el Programa para el Medio Ambiente, para llevar a cabo investigaciones científicas sobre el riesgo de cambio climático provocado por la actividad humana, sus consecuencias y las posibles opciones para mitigarlas o adaptarse a ellas.

En el año 2.013 este organismo publicó su Quinto Informe de Evaluación con una conclusión categórica: "el cambio climático es real y la actividad humana su principal causa."

El Acuerdo de París alcanzado en la 21ª Conferencia sobre el cambio climático tenía el objetivo de agrupar a todas las naciones en una causa común: realizar ambiciosos esfuerzos en el combate contra el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con mayor apoyo para ayudar a los países en desarrollo a que puedan hacerlo.

El Acuerdo de París fue firmado el día 22 de Abril de 2.016, Día de la Tierra, por 175 líderes mundiales. Posteriormente, se sumaron otras naciones. Un jarro de agua fría sobre el pacto fue el anuncio hecho por el actual presidente de los Estados Unidos de retirar a su nación de dicho acuerdo.

En Diciembre del pasado año, los delegados de los estados firmantes del Acuerdo de París se reunieron en la ciudad polaca de Katowice y, tras dos semanas de negociaciones, acordaron el Programa de Trabajo para la implementación del Acuerdo estableciendo de esta manera la base de un nuevo proceso en la lucha contra el cambio climático, según declaro el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha convocado a los líderes mundiales de los ámbitos gubernamental, financiero, empresarial y civil a participar en la Cumbre sobre el Clima, a celebrar el 23 de Septiembre de este año declarando que "esta Cumbre supondrá una oportunidad para que líderes y colaboradores manifiesten una acción por el clima real y muestren su ambición."