Investigadores españoles del Center for the governance of change, institución educativa de investigación aplicada con sede en la IE University, han analizado la percepción de la ciudadanía europea sobre la inteligencia artificial. Una compleja relación que pone de manifiesto las dudas que genera la implantación de la tecnología en el día a día de los europeos.

Robots candidatos en las listas electorales

Este estudio se ha realizado en los siguientes países de la Unión Europea: Francia, Alemania, Irlanda, Italia, España, los Países Bajos y el Reino Unido y sus conclusiones reflejan el temor de sus habitantes ante los constantes e imparables avances de la inteligencia artificial.

No se observan diferencias significativas en los resultados de la encuesta entre los diversos países, grupos de edad, género o ideologías de quienes han participado en el estudio. Todos ellos consideran que la preparación educativa, laboral y social de las personas no va pareja al rápido desarrollo de la tecnología y las posibilidades que de ello se derivan.

En el ámbito formativo, los europeos opinan que sus respectivos sistemas educativos dejan mucho que desear en cuanto a la preparación de los alumnos para los retos que tendrán que afrontar en el desarrollo de su vida laboral.

Pero es en el aspecto laboral donde el recelo se manifiesta de forma significativa. Los europeos temen que la inteligencia artificial provoque la destrucción de puestos de trabajo y piden una regulación clara y proteccionista ante la instauración cada vez mayor de la tecnología en todos los sectores.

En este punto destaca la visión pesimista de los encuestados pertenecientes a la franja de edad comprendida entre los 18 a 34 años, quienes consideran que sus empresas no se están preparando de forma adecuada para este reto y ello podría conllevar su desaparición en la próxima década.

Las relaciones sociales se verían alteradas

Las relaciones sociales tampoco salen indemnes de la crítica ciudadana. Una sociedad más ociosa no conllevaría una interacción más sana y próxima entre las personas, la mayor parte de los europeos se ven a si mismos pegados a la pantalla de cualquier dispositivo y comunicándose entre ellos a través de las redes.

Es en la Política donde cambia la tendencia. Grande es la desilusión que los políticos europeos generan en sus ciudadanos ya que uno de cada cuatro europeos considera más beneficioso que las decisiones las tome una inteligencia artificial. Este porcentaje es aún mayor, uno de cada tres, en Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido.