La gran manifestación de la que hablaban los catalanistas desde hacía tiempo en Madrid se ha producido durante la tarde del sábado 16 marzo, en medio de una gran tranquilidad. Ha ido entre Atocha y Cibeles, donde se han pronunciado discursos contra el Juicio del Procés y la corrupción del Estado.

Como pasa en todas las manifestaciones, la cantidad de gente presente varía según las fuentes: 120.000 personas según los organizadores, sumando los que llegaron en autocares, el AVE u otros transportes.

La Delegación del Gobierno no es tan generosa: 18.000 asistentes.

Recuerdos al 'No pasarán' de la Guerra Civil

Hubo gritos entusiastas de la gente como “Ni olvido, ni perdón”, por la persecución a los presos políticos; “No pasarán”, recordando que han pasado ocho décadas desde el final de la Guerra Civil y la famosa frase de Dolores Ibárruri “La Pasionaria”; y la más recordada, “Hemos venido para despedirnos”, casi como uno de los eslóganes de la manifestación, aunque el principal fue “La autodeterminación no es un crimen ni un delito”.

El Vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri, leyó un mensaje del Presidente de la asociación, Jordi Cuixart, preso en Soto del Real: La solidaridad es la ternura de los pueblos, y aquí estamos unidos frente al fascismo que amenaza la Democracia, banaliza la violencia policial del 1-O”.

Luego hubo discursos de Elisenda Paluzie, de Assemblea Nacional Catalana, defendiendo lo que hizo Puigdemont cuando el 1-O, y del Sindicato Andaluz de Trabajadores e incluso de Madrileños por el Derecho a Decidir, con discursos que emocionaron y fueron aplaudidos por los manifestantes.

Hubo críticas a la actitud del Rey, del resto de la Familia Real, el Gobierno central y la Justicia.

Se reafirmó que el movimiento independentista catalán "es pacífico", que nunca ha dejado fuera el diálogo. También a gente que no parece querer saber nada de estas reivindicaciones.

Los manifestantes eran de edades variadas.

En la parte final de la Plaza Cibeles, todos escucharon de manera civilizada y atenta todos los discursos. Mucha gente que no tenía que ver con la manifestación pasaba por allí, sin ningún problema con los manifestantes. Vinieron de muchas zonas del Estado, con los representantes ya aludidos.

'L'estaca' como gran colofón a la manifestación

Antes de las ocho de la tarde se dio el gran final, con la canción L’estacade Lluís Llach coreada por todo el público, que encendió las luces de linterna de sus teléfonos móviles como cuando se encendían los mecheros en muchas actuaciones musicales, con un tono muy emotivo. Al finalizar, los organizadores pidieron que la gente se dispersara en orden, indicando a la mayoría que fueran hacia Atocha, desde donde salen los AVE de vuelta a Catalunya.

Antes de llegar a Madrid, los asistentes denunciaron que la Guardia Civil les detuvo en un lugar y registró los autocares. Fue detenido un Secretario de ANC, Jordi Alemany. Creyeron que todo esto les retrasaría y no llegarían a tiempo. Volviendo a las cifras de manifestantes, hubo más de 500 autocares y 14 trenes AVE, automóviles privados aparte, que darían muchos más de los 18.000 que sostiene el Gobierno.