Se terminó el poco diálogo que existía entre el presidente Pedro Sánchez y el líder del PP, Pablo Casado. Durante varios meses la situación entre ambas personalidades se estaba tornando cada día más candente, hasta el punto de llegar a causar controversia en cada decisión tomada por parte del Gobierno y las reacciones de la oposición.

Pedro Sánchez ha considerado que Casado ha incurrido en el irrespeto del hilo constitucional tras haber hecho declaraciones extremadamente comprometedoras con respecto al golpe de Estado que a su juicio se está perpetrando en España.

El PP ha manifestado que el Ejecutivo debería romper relaciones con los representantes separatistas que se encuentran actualmente en prisión después de haber intentado realizar un golpe.

Una larga reunión que arrojó lamentables decisiones

Todo ocurrió en la Moncloa cuando en una larga reunión, que duró al menos 9 horas, donde se encontraban representantes del Congreso, el líder de los conservadores se mantuvo calmado y apacible ante el divorcio que se estaba perpetrando. El mensaje de Sánchez fue claro y contundente, expresaba muy convencido que las relaciones están rotas, lo que cierra toda posibilidad de poder llegar a algún acuerdo en temas a futuro.

En el gobierno del expresidente Mariano Rajoy, cuando se inició el conflicto en Cataluña las relaciones eran un poco más fluidas que con la actual oposición.

Los acuerdos se iban trabajando en base a lograr el independentismo. Con esta decisión se cierran, no solo las relaciones, sino la armonía constitucional.

Tanto Casado como Sánchez han asumido posiciones radicales que en vez de aportar alguna solución traen nuevos problemas políticos. Las reuniones pasadas entre el Gobierno y el PP no siempre daban buenos resultados, pero se mantenía un tono de reconciliación, algo que evidentemente se perdió en las pasadas horas.

Casado se mantiene en su lugar, pero solo pide que el Gobierno vuelva a retomar la moderación y abandone las actitudes radicales que han venido adoptando desde que asumió el poder. El representante de la ultraderecha está dispuesto a seguir en la negociación, aunque Sánchez al parecer ha dado la última palabra.

Sánchez considera que las declaraciones de Casado han sobrepasado las barreras

Como inadmisible describió el primer mandatario las acusaciones de Casado en contra del Gobierno. El hecho de acusar a Sánchez de ser partícipe de un presunto delito colmó la paciencia del partido de gobierno. Aunque el enfrentamiento se realiza bajo largos debates en el parlamento, se considera una falta de respeto acusar sin la debida presentación de pruebas.

Por su parte, Pablo Casado no se retracta de las palabras y pretende hacer caso omiso de las advertencias. El representante de PP replicó diciendo: “¿Mantiene sí o no esas palabras? Si las mantiene, usted y yo no tenemos nada más de qué hablar". "No se ponga tan digno", expresó Casado.