De forma sorpresiva, el 28 de septiembre pasado, mediante un comunicado de la Junta de Extremadura, se anunciaba el inminente cambio de nombre del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, el de mayor capacidad de la región, por Hospital Universitario de Badajoz.

Según declaraciones del presidente, Guillermo Fernández Vara, el cambio obedece tanto a peticiones ciudadanas, como a la armonización de nombres que está llevando el Sistema Extremeño de Salud de los hospitales con las localidades donde se ubican.

"Armonización" de nombres

El nuevo hospital que se está terminando de construir en Cáceres se llamará Hospital Universitario de Cáceres.

Sin embargo, los antiguos hospitales, salvo el mencionado Infanta Cristina, mantienen sus denominaciones: Hospital Perpetuo Socorro de Badajoz, Hospital Nuestra Señora de la Montaña, Hospital San Pedro de Alcántara, ambos en Cáceres y Hospital Virgen del Puerto de Plasencia. El resto: Zafra, Coria, Mérida, etc. hacen referencia a la población donde se ubican, y otros a la comarca.

Así pues, más allá del deseo de armonización mencionado, se trata del único cambio de nombre hasta la fecha en el Servicio Extremeño de Salud.

Caída de popularidad de la infanta Cristina

La razón primera del cambio de nombre está relacionada con la caída de popularidad de la Infanta Cristina tras su imputación en el caso Nóos.

Este hecho causó la revocación del título de Duquesa de Palma que había recibido de Juan Carlos I unos días antes de su matrimonio con Iñaki Urdangarin.

De igual forma, le fue retirada la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona, y una avenida en Petrel (Alicante), en tanto que la Rambla de los Duques de Palma en la capital balear pasó a llamarse simplemente la Rambla.

En Pinto también retiraron su nombre del centro cultural, y en Torrevieja de un pabellón deportivo. El Hospital Infanta Cristina de Parla de momento mantiene su denominación, a pesar de la intención de PSOE y Podemos de cambiarla. Asimismo existen referencias a la infanta en otras localidades de provincias como Madrid, Murcia o Almería.

Algunas opiniones sugieren que la medida es populista de cara a las elecciones autonómicas de 2019, o una cortina de humo, y que en la sanidad extremeña existen otras prioridades.

El origen del nombre

En 1986 se solicitó al entonces rey Juan Carlos I autorización para denominar al Hospital “Infanta Cristina”. Entonces gobernaba Felipe González, Juan Carlos Rodríguez Ibarra era presidente de la Junta de Extremadura, y el alcalde de Badajoz también era del PSOE, Manuel Rojas Torres. El Hospital dependía del Insalud, del que era director provincial el doctor Joaquín Jociles, de quien partió la solicitud al rey. Las obras comenzaron en 1979 con la UCD, pero habían quedado estancadas. La ciudad necesitaba con urgencia un nuevo hospital y Jociles pensó que proponer un nombre de un miembro de la Casa Real podría hacer que las gestiones se aceleraran, como así fue.

El rey dio su autorización y llegó la credencial a través del jefe de la Casa Real, el Marqués de Mondéjar. Al año siguiente se inauguró el Hospital con el nombre de Infanta Cristina.

Ahora Joaquín Jociles considera una falta de respeto el cambio de nombre, ya que fue el propio rey el que dio la autorización, no su hija.

El coste del cambio

La polémica ha vuelto a saltar porque cuando Fernández Vara anunció el cambio de nombre dijo que el cambio de nombre no iba a costar un euro de dinero público. Se utilizarían los materiales con el nombre actual hasta agotar las existencias, documentos, sábanas, pijamas, batas, etc., que irían progresivamente renovándose con el nuevo nombre.

Unos días después, el 5 de octubre, el consejero de Sanidad, Francisco Vergeles, desdijo lo anterior en una rueda de prensa, reconociendo que el cambio de nombre constaría una cantidad ínfima, esperando que pudiera realizarse mediante un contrato que no superase los 15.000 euros.