Dentro de las nuevas medidas que está tomando Pablo Casado, después de ser electo como presidente del PP, destaca la renovación de las directivas parlamentarias tanto en el Congreso como en el Senado. Señalando firmemente: “Que quiere estar preparado por si Pedro Sánchez se ve en la obligación de convocar a elecciones”, todo esto, a raíz de la adjudicación del PDECAT por parte de Carles Puigdemont, y la llamada que hizo a desestabilizar al ejecutivo.
José Manuel Barreiro e Ignacio Cosidó, son dos de las nuevas figuras políticas nombradas por Casado para ocupar los puestos en la cámara baja y la cámara alta respectivamente.
Las acciones tomadas por Casado buscan la conformación de un equipo que mantengan fortalecidas las nuevas normativas a aplicar por parte del mismo.
La idea firme de Casado es tener un grupo que no esté influenciado por ninguna corriente política anterior permitiendo realizar una evaluación sin vicios. Además, puedan tener a los ministros generando alternativas claras y concretas para el correcto desempeño político.
Las primeras propuestas de Casado ante el parlamento
Dentro de las propuestas de Casado piensa exponer ante los parlamentarios una reforma del código penal en donde se anexe la consideración de condenar actos de sedición impropia y convocatorias ilegales a referéndum.
Por otro lado, en su ideal de reafirmar nuevamente las bases del partido ha tomado la determinación de colocar personal de su entera confianza, como es el caso de,Teodoro García Egea y Javier Marcano, quienes ocuparan los cargos de Secretario general y Vicesecretario de organización, respectivamente.
Se crean diferencias internas en el parlamento
El hecho de asignar puestos a figuras afines a Casado ha generado algunas incomodidades entre los parlamentarios debido a que la presidencia anterior apostaba por obtener una participación del 43% en dicho parlamento. Casado puso muy en claro que este movimiento en el gabinete no tenía como objetivo generar una división entre partidos, sino quepor el contrario, busca la manera de que se unan en una sola corriente política.
Entre una tanda de negociaciones con figuras que apoyaban la gestión saliente de Santamaría, a quien sólo se ofrecían dos secretarias, generó un pronunciamiento por parte de José Luis Ayllón, quien mostró su negativa, indicando que significaba una falta de consideración para figuras políticas que habían aportado mucho en el PP.
En contraste, algunos parlamentarios que pertenecen a la tendencia de Soraya Sáenz de Santamaría fueron cordialmente invitados por Casado para ocupar puestos en el nuevo equipo de trabajo, citando entre estos casos a Cuca Gamarra, quien ejerce como alcaldesa de Logroño, a la cual, le ofertaron una vicesecretaría.
Dentro de este ambiente, Casado inicia su gestión en el Partido Popular sin depender de ningún apoyo específico y dejando bien claro su tendencia de unificación político-laboral, para poder recuperar la confianza popular, en el partido que actualmente conduce.