El viaje de Quim Torra a Berlín era tan anunciado como previsible. Significa mucho más que una muestra de respeto y homenaje como manifestó el flamante presidente electo de la Generalit. Es, de entre todas las lecturas que esto permite, una forma de decir quien gobernará será él. Carles Puigdemont. Se encuentre donde se encuentre, los hilos siguen en movimiento gracias a el expresident huído.

La rueda de prensa, desde la capital alemana, sirvió para que Quim Torra cumpla una de sus promesas antes de ser investido presidente de Cataluña. Con Carles Puigdemont a su lado, Torra leyó un discurso en el que no sobraron mensajes hacia el Jefe de Estado.

Cuando el catalán fue el idioma utilizado durante, prácticamente el 90 % de los discursos, en Alemania optaron por el castellano.

Quim Torra se ha presentado un presidente interino, que ocupa el puesto de Carles Puigdemont y está a la espera de que pueda regresar a España para hacerse cargo de sus funciones políticas.

Durante el discurso de ambos políticos se plantearon tres asuntos para los que pidieron una resolución inmediata. Los tres solo pueden resolverse desde el Ejecutivo al que tendieron una vía de diálogo. El primero de los puntos a solucionar es la "Represión política" que creen ejerce el Estado español sobre Cataluña. El segundo pedido fue acabar por el control financiero. Imprescindible para cualquier andadura política y mucho más si se trata de una independentista.

Depender del control del Estado para decidir la economía catalana es una escollo muy difícil de evitar para lograr los principales objetivos del nuevo Govern. El último la libertad de los denominados "presos políticos", es decir los exintegrantes del Govern, los miembros más destacados de Omnium y la ANC.

Horas antes, aún en Cataluña, Quim Torra había mencionado la intención de devolver los cargos y puestos a todos los funcionarios y dirigentes que fueron destituidos con la aplicación del artículo 155 de la constitución.

Entre los cargos que tienen intensión de "devolver" se encuentra el Josep Lluís Trapero, mayor de Mossos d'Esquadra. Uno de los pocos altos cargos que no ingresó en prisión provisional pero que continúa siendo investigado por un posible delito de sedición.

Un hombre progresista

El eco de los tuits publicados por Quim Torra antes de ser investido presidente de la Generalitat, el pasado lunes, aún resuena en la política antisoberanista.

Desde Berlín, el presidente, intentó minimizar aquellas publicaciones asegurando que la vía del diálogo está abierta con el Ejecutivo Central y que no gobernará en solitario. Para confirmarlo se ha declarado como un hombre "demócrata, proeuropeo, liberal y prosociedades abiertas".

Por su parte, Carles Puigdemont tomó la palabra para comunicar que a lo largo de esta semana se comunicará los integrantes de un Govern al que definió como fuerte, capaz de solucionar y reparar los daños causado por la aplicación del artículo 155.

Carles Puigdemont también informó a los medios que una de las primeras acciones de Quim Torra a su regreso será la de enviarle una carta el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy para pedirle una reunión sin condiciones previas.

Palabras que ratificó luego Quim Torra y las que agregó que quiere hablar de todo y le exigió no imponer condiciones con anterioridad. Asegurando que no alcanza con que se levante el artículo 155.

Objetivo final: el regreso de Puigdemont

Siempre estuvo claro que, el nuevo Govern fracasaría si no lograban, a mediano o largo plazo, que Carles Puigdemont pueda volver a España evitando la cárcel. Torra lo ha ratificado en esta comparecencia una vez más.