La proposición de ley por una mayor igualdad LGTBI emitida por el grupo confederal de Unidos Podemos continúa despertando críticas dentro de la institución eclesiástica. Pese a que todo indica que la iniciativa parlamentaria terminará aplicándose -con algunas enmiendas- gracias al apoyo mayoritario del hemiciclo del Congreso, la Conferencia episcopal sigue con sus opiniones contrarias a la citada ley.

Este jueves, su secretario general, Gil Tamayo, ha aprovechado su presencia en una comparecencia ante los medios de comunicación donde se abordaban otros muchos temas para calificar de "imposición radical e inquisitorial a toda la ciudadanía" el proyecto legislativo de la formación morada.

Inscripción por género en el Registro Civil

El representante máximo de la Iglesia española piensa que es una ley con "elementos anticonstitucionales clarísimos" e implica "un ataque claro y manifiesto a la libertad de expresión y educativa".

Uno de los puntos más controvertidos de la ley es el de posibilitar a las personas transexuales mayores de edad (o menos con autorización) una modificación de sus datos en el Registro Civil para que se refleje su género y no su sexo de nacimiento en el documento de identidad o en el pasaporte.

Esta cuestión implica, según Gil Tamayo, la creación de "una pluralidad hecha a diseño que perturba la vida social". Para la Conferencia Episcopal, la defensa de los derechos de los transexuales es legítima, pero no puede limitar los derechos de los demás seres humanos.

Solidaridad con el 8M y los pensionistas

Menos crítico se ha mostrado a la hora de expresar su opinión sobre la jornada de huelga y las manifestaciones feministas del próximo 8 de marzo. En nombre de toda la Iglesia española, ha certificado su "apoyo total a la reivindicación de la igualdad de la mujer" y ha considerado intolerable que se sigan produciendo atropellos sobre la dignidad de las mujeres. Por ello, cree que los partidos políticos deben continuar trabajando por un Pacto de Estado contra la violencia machista.

Con respecto a las protestas que los jubilados han protagonizado en los últimos días para defender unas pensiones dignas, Gil Tamayo ha cerciorado su solidaridad, pues considera que han sido el colchón de muchas familias durante la crisis y, sin embargo, ahora son uno de los grupos sociales más castigados junto a los jóvenes. Ha añadido que se necesita un "régimen de pensiones realista y justo" para no hipotecar el futuro de nuestra sociedad a costa de los trabajadores.